sábado, abril 05, 2008

Sexo arbóreo junto al río





Sí, me temo que de nuevo toca repaso de clase de biología y, cómo no, otra vez vamos a hablar de sexo, pero, en esta ocasión, del sexo de los árboles.

Si bien, entre los animales, lo más frecuente es que todos los individuos sean de uno u otro sexo (machos y hembras), en las plantas lo más común es que ambos sexos cohabiten en la misma flor (hermafroditas), de forma que es muy normal ver flores que tienen tanto estambres, que producen polen (gametos masculinos), como pistilos y ovarios, en cuyo interior se encuentran los óvulos (gametos femeninos).

Pero, tampoco es raro que, en un mismo árbol, se produzcan por un lado las flores masculinas y por otro las femeninas, como sucede, por ejemplo, en los pinos, donde las piñas son los frutos que proceden de la maduración las flores femeninas, mientras que las flores masculinas son esos pequeños y efímeros glomérulos amarillos o rojizos que se caen del árbol, una vez que han soltado su abundante carga de polen al final de la primavera. A estas especies se las denomina monoicas.

Tanto en el caso de las flores hermafroditas, como en el de las especies monoicas, la Naturaleza suele disponer de mecanismos para evitar la autopolinización y la consanguinidad, mediante un desfase en la época de maduración de la parte masculina (anteras de los estambres) con respecto a la femenina (pistilos y ovarios), ya sea de cada flor hermafrodita, o de las flores masculinas y femeninas de cada árbol monoico. En los pinos, las flores femeninas son mucho más abundantes en la parte superior de la copa, mientras que las masculinas se distribuyen preferentemente por las zonas medias y bajas, de forma que se dificulta que el polen del árbol caiga sobre sus propias flores femeninas.

Por último, también existen árboles con sexos totalmente separados (como nosotros). Es decir, hay individuos masculinos (que sólo producen polen) e individuos femeninos (que sólo producen flores femeninas, frutos y semillas). Son las especies denominadas dioicas, lo cual sucede, por ejemplo, en los enebros y sabinas (Juniperus), tejos (Taxus), acebos (Ilex) y en los álamos y chopos (Populus).

En aquella entrada sobre "el árbol que tiembla y susurra" (Populus tremula) ya comentaba algo sobre la etimología de este género tan conocido y popular. Aunque a mí, esto de "populus", "pioppo" y "chopo" siempre me ha sonado a "piropo", debido a que, cuando mi abuela paterna (ya fallecida) fue una vez a Madrid, siendo jovencita, un castizo chulapo le dijo, al pasar cerca de él: "¡Vaya un chopo criado en ribera!".

En las fotos de arriba se pueden ver los amentos (espigas alargadas y colgantes que contienen las flores) masculinos, de color rojizo, y los femeninos de color verde claro del Populus nigra, el conocido y vulgar "Álamo negro" o chopo autóctono. Esta diferencia de colores permite distinguir a los individuos de ambos sexos a distancia, durante el breve período (finales de marzo a principios de abril) en el que estos árboles emiten los amentos, antes de que les salgan las hojas.

Los frutos maduran a principios de junio, cuando las cápsulas revientan esparciendo a los cuatro vientos sus diminutas semillas, recubiertas de largos vilanos, en forma de una blanca y ligera pelusa, que flota en el aire, invadiendo riberas y ciudades. Están diseñadas para flotar en el agua, ser arrastradas por las crecidas primaverales de los ríos y colonizar los recién formados nuevos bancos de sedimentos (lodo, arena y grava) en las orillas.

Esta explosión de pelusa suele coincidir con la época de floración de las gramíneas, el olivo y otras plantas a las que mucha gente es alérgica, por lo que está muy extendida la creencia de que esta pelusa de los chopos produce alergia, aunque, realmente, no es así. Sin embargo, esta pelusa, extraordinariamente inflamable, si que supone un considerable riesgo añadido en el inicio y propagación de bastantes incendios forestales, por esas fechas.

Estos árboles autóctonos, propios de nuestros maltrechos bosques de ribera o sotos han sido frecuentemente despreciados y minusvalorados, considerándolos una maleza improductiva que "ensucia" las riberas y ocupa un preciado y fértil suelo, apto para el cultivo en aquellos lugares que no son anegados por las crecidas ordinarias del río. Ciertamente, no dan frutos comestibles y su madera tampoco es que sea de muy buena calidad. Sin embargo, en las zonas más deforestadas y deprimidas de las sierras del Sistema Ibérico, existía la tradición de conservar e incluso plantar (aprovechando la facilidad de enraizamiento de las ramas cortadas del Populus nigra) algunos árboles de esta especie (frecuentemente se trataba de individuos femeninos o "chopas") que presentaban buen porte para su uso maderero y que eran podados o trasmochados periódicamente para obtener madera con la que construir o reparar edificaciones rústicas, como tenadas, chamizos, refugios, cuadras o graneros.

Sus yemas están recubiertas de una cera y barniz balsámico, muy apreciado por las abejas, y, recogidas antes de abrirse, al comienzo de la primavera, son un excelente febrífugo, con propiedades expectorantes y sudoríficas. Para lo cual también se utiliza la corteza de las ramas jóvenes, seca y pulverizada.

Más frecuentes resultan, en el entorno de nuestras riberas, las plantaciones de clones comerciales de chopos, de crecimiento rápido y con una conformación más apta para el desenrollo y la fabricación de embalajes y cerillas, por lo que su madera tiene una buena demanda en el mercado. Por lo general, se trata de híbridos de Populus nigra (europeo) con Populus deltoides (norteamericano), de ahí la denominación científica genérica de Populus x euramericana. Y también hay clones obtenidos a partir del producto de la hibridación entre dos especies americanas: P. deltoides x P. trichocarpa, denominándose a este grupo, genéricamente, como P. x interamericana.

Una variedad ornamental, que se introdujo en Europa en el siglo XVIII, procedente de Asia Menor y el Himalaya, es el conocido "Chopo lombardo" (P. nigra var. italica), que posee un elegante y esbelto porte columnar, habiéndose asilvestrado en nuestros campos desde hace mucho tiempo, por lo que es un elemento característico del paisaje de Castilla, cantado por Antonio Machado, Unamuno y Azorín. Si bien, resulta muy difícil encontrar hembras de esta variedad en Europa.

En el Álamo blanco (P. alba), la variedad ornamental más extendida, también de porte esbelto y espigado, es la denominada "Bolleana" (P. alba var. pyramidalis).

En la actualidad, el ideal de distribución espacial que se pretende para nuestras riberas sería el de un soto natural que cubra, al menos, los 5-10 metros más próximos al cauce del río, seguidos por un cinturón exterior de plantaciones de chopos comerciales, que sirva de transición a las huertas, cultivos herbáceos y prados tradicionales. Ya que se ha demostrado que las raíces de la vegetación arbórea (chopos y sotos) realizan una importante labor de filtrado y limpieza de las aguas de escorrentía provenientes de los cultivos y núcleos urbanos, al absorver los nutrientes contaminantes que llevan disueltos y en suspensión. Y, además, estos ecosistemas constituyen un importante refugio para una numerosa y diversa flora y fauna silvestre.

Ni que decir tiene, que debería estar totalmente prohibido construir edificaciones e infraestructuras permanentes en la zona inundable de los ríos.

Pero nuestros sotos, riberas y ríos no sólo están amenazados por la presión urbanística, industrial, agrícola, ganadera y maderera, sino que son varias las especies autóctonas que, en las últimas décadas, se han visto afectadas por devastadoras enfermedades, tales como la conocida grafiosis (Ophiostoma novo-ulmi) que ha diezmado los olmos (Ulmus), a nivel mundial, o una phythophtora (otro hongo) que, según parece, está acabando con muchos alisos (Alnus) de las riberas y humedales europeos.

Resuena en el sombrero: "Where the birch trees lean".- The Handsome Family (Chicago (Illinois), 1997). Si bien, esta canción no trata sobre álamos en las riberas, sino de abedules (birch trees) a la orilla del mar, que, aunque no es lo mismo, es parecido, además, ya tocaba poner otra de sus serenas y tranquilas canciones, después de tanto desmadre "sexual".




En las dos fotos inferiores: "Chopo Torcido" de la Hermandad de San Benigno, un vetusto y bello ejemplar de Populus nigra, milagrosamente conservado en una estrecha linde de separación de fincas, justo en la muga entre los términos municipales de Nájera y Uruñuela (La Rioja). Posiblemente, esa ubicación en "tierra de nadie", así como la veneración religiosa de la que parece ser objeto, tanto el lugar como el árbol (tampoco me extrañaría que fuese el destino de alguna romería local), sean lo que le ha permitido a este árbol alcanzar tan longeva edad. Si bien, los chopos no suelen vivir más de 300 años.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

En el Valle del Tiétar estamos en plena polinización del pinar, es alucinate ver cómo con un pequeño soplo de viento se ponen las laderas cubiertas con una nube amarila.

Mad Hatter dijo...

¡Qué barbaridad! Qué adelanto con respecto a la Sierra de Cameros. Aquí la polinización del pino silvestre suele ser para el Corpus, a principios de Junio.
Se me olvidó comentar que la mayoría de las especies que tienen flores sin pétalos y sin néctar, poco vistosas, como los amentos, realizan su polinización mediante el viento, por lo que producen enormes cantidades de polen. Resulta muy chocante ver el suelo de los pinares cubierto por una extraña "nieve" amarilla.
Saludos "Melojo".

Paco Becerro dijo...

Buena lección de sexo arborícola, para mi descanso de estudio.

Abrazos MAD.

Lula Fortune dijo...

He leído tu post en clave literaria y no científica. Haz la prueba, resulta apasionante la historia de las familias Monoicas y sus problemas de reproducción. Son geniales los retratos de Olmo Ribereño o el señor Álamo Blanco. Esto me encanta.Besos literariocientíficos.

(FB: te veo "descansando" mucho últimaente)

Mad Hatter dijo...

Gracias "Futuro Funcionario Bloguero" por seguir leyéndome en tus merecidos descansos.

Pues lo cierto es que es algo totalmente premeditado, Lula. Siempre he pensado que a la mayoría de la gente no le atrae la Naturaleza, la botánica, ni (mucho menos) lo forestal, porque se cuenta de una forma aburrida y poco entendible. Me alegra enormemente que te hayas dado cuenta.
Acabo de terminar el libro de John Muir (que comenté en el enlace que pongo en "THE" Handsome Family, he tardado mucho porque está escrito en un inglés bastante difícil) y me he quedado maravillado de lo actual y vigente que resulta, así como de lo bien que hace eso de escribir en clave literaria, si bien él lo hace de una forma mucho más profunda y magistral, incluyendo ideas y pensamientos filosóficos, pero que, a la vez, resultan muy prácticos y amenos.
Por cierto, se me olvidó recordar las andanzas del "poderoso caballero Don Fresno", otro ilustre habitante de los bosques de ribera que, de momento, no tiene problemas sanitarios de ningún tipo, y crece y se reproduce vigorosamente.

nomesploraria dijo...

Ese chopo es impresionante. En mi tierra ya lo habrían cortado.

Sos un pozo de saber. Que gusto leerte Sombrerero

Carmen dijo...

Qué gozada de texto!!! Acabo de leerlo con mi hijo mayor, que precisamente está estudiando la reproducción de las plantas, la fotosíntesis y demás... Lo hemos disfrutado juntos, por eso me encanta doblemente haber venido por aquí. Millones de besos agradecidos!!!

Mad Hatter dijo...

Gracias "Només" y Carmen. Me alegra poder ilustraros en algo y ayudar a tu niño a que saque sobresaliente en Ciencias Naturales (je, je).

Le Mosquito dijo...

...se ha demostrado que las raíces de la vegetación arbórea (chopos y sotos) realizan una importante labor de filtrado y limpieza de las aguas...

Mientras leía recordaba esto, que me comentó un amigo que guardó la ribera del Tajo a su paso por Malpica, Cebolla, Montearagón... Yo estoy en la orilla norte, y frente a "mi" pueblo existe una repoblación de chopos que se encarga de sanear las aguas de La Pueblanueva. Qué diferente puede ser un alcalde y otro, siendo del mismo partido. Uno se preocupa en sanear riberas, y el otro de sanear sus bolsillos, olvidando la salud de sus convecinos (decir convecinos es mucho decir, pues ni vive en el pueblo que regenta).
Este fin de semana he disfrutado del espectáculo de polen al que alude Roble Melojo. Tengo un vecino (una joya) que desde el viernes noche al domingo matina lavó su coche ¡seis veces!. En una de esas gritaba: "¡Me cago en la mierda esta que echan los árboles, que me tienen baldao!". Ya he avisado de que el vecino es una joya...
Los álamos también están lanzando su algodón en Talavera, tampoco se han esperado a junio, y también pensaba que producían alergia. No la producirán, pero te tiras todo el día escupiendo algodoncitos. Como se entere mi vecino coge su motosierro y los apiola.
Qué bueno saber que otros lectores te perciben como muy ameno, caray.
:)

PD: Me pregunto si mi vecino sabrá leer.

Mad Hatter dijo...

Gracias "Mosquito", parece que vives cerca del "Melojo", por esa zona del Tajo-Tiétar. Quería decir que entre los años 95 y 97 estuve trabajando por allí (Toledo), haciendo censos de aves acuáticas e informes medioambientales sobre fauna y caza. Recuerdo que en una isla del Alberche, cubierta de soto natural y rodeada de choperas, me encontré con un Visón americano muy travieso y descarado que parecía no tenerme ningún miedo.
Si, por casualidad, algún compañero castellano-manchego lee estas líneas, muchos recuerdos y un abrazo.

Reina Letizia dijo...

No tenía idea del sexo de los árboles y mira que los visito mucho cuando voy de caza. Por cierto: llevo botas sin tacón. Intenté cazar subida a mis tacones de 15 centímetros y fue imposible. En vez de cazar un jabalí cacé a mi Felipín. Suerte que no disparé.

Besos de Princesa

Mad Hatter dijo...

Ayyy... estas cazadoras de ciudad! Seguro que por estas fechas ha tenido usted que ver el llamado "moco" de las encinas, esos son los amentos masculinos, que fertilizan las flores femeninas que así se convierten en bellotas, que luego comen los cerdos ibéricos, con cuyos jamones se hacen los bocatas que merienda casi todas las tardes la Infanta Doña Leonor ¿Ve su Alteza para lo que sirve el sexo de los árboles?
Y sí claro, para cazar e ir al monte botas bajas, cómodas y sin tacones, las de tacón ultralargas sólo son para tratar los asuntos del club de fans y asistir a los conciertos de los "Rescuers" (je, je).
Gracias por el comentario Secret..., digo Alteza.