miércoles, marzo 14, 2007

Dedicado a Arlys


A pesar del indudable interés histórico que tiene el concierto que los "Tennessee Three" dieron ayer noche, martes 13 de marzo, en la sala "El Sol" de Madrid, lo cierto es que "a priori" dudaba sobre la calidad objetiva de la actuación que un par de septuagenarios podrían ofrecernos sobre el escenario.

Pero las dudas se disiparon muy pronto cuando, todos los que tuvimos la fortuna de asistir a este histórico evento, pudimos comprobar la extraordinaria calidad y profesionalidad de todos y cada uno de los músicos que teníamos delante.

Desde el primer momento, se escenificó una cuidada y reverencial parafernalia de tributo y recuerdo a la figura de Johnny Cash. Sobre todo cuando el guitarrista y cantante -Bob Wootton- apareció sobre el escenario con el bigote afeitado, vestido de negro, con un grave vozarrón, con una actitud y unos ademanes que nos pusieron los pelos de punta a todos. Era como si el fantasma del "Man in Black" se hubiera aparecido aquella mágica noche.

Sentado detrás de la batería estaba otra auténtica leyenda -W.S. Holland-, considerado el primer batería de la historia del Rock. Comenzó en 1954 tocando con Carl Perkins, "The Million Dollar Quartet", Johnny Cash, Elvis Presley, Jerry Lee Lewis y Roy Orbison, habiendo sido inducido a la "Rock'a'Billy Hall of Fame". Mr. Holland, ciertamente, nos dió toda una lección magistral de cómo se toca una batería, deleitándonos con un par de memorables solos.

El contrapunto perfecto a estos dos venerables "abueletes" lo pusieron las tres bellas damas que les acompañaron: Lissa Horngren (de Wisconsin) al contrabajo; y la hija y la mujer de Wootton a las guitarras y a las voces. Su hija Scarlett aprovechó un descanso de su padre y Mr. Holland para deleitarnos con dos canciones: una versión del "Jolene" de Dolly Parton y otra del "Missing You" de John White, que cantó de manera excelente y con una voz preciosa. Mientras que su mujer, Vicky, cantó junto a su esposo una arrebatadora versión de "Jackson", con beso de tornillo al final incluido, emulando la famosa escena central de la película "Walk the Line", que recrea el hecho de cuando Johnny Cash le pidió en matrimonio a June Carter sobre el escenario, mientras cantaban esta canción.

El sonido fue sencillamente perfecto, limpio e impresionante, toda una apabullante demostración de en qué consiste el famoso "BOOM-CHICA-BOOM", que nos golpeó a todos en las tripas y se nos acabó metiendo hasta el tuétano de los huesos, provocando que los pies se moviesen solos en más de una ocasión.

El repertorio de canciones no pudo ser más emotivo (al menos para mí), sonaron temas de Rock & Roll, Country e incluso Gospel, y no faltaron clásicos como: "Folsom Prision Blues", "Walk the Line", "Cocaine Blues", "Ring of Fire", "Jackson", "Ghost Riders in the Sky", "I Still Miss Someone", "Give My Love to Rose", "Guess Things Happen That Way", "Luther Play the Boogie", "Five Feet High", "Orange Blossom Special", "Cry, cry, cry", "I Got Stripes", "Saint Quentin" y "Long Black Veil". Además de a Johnny Cash, también se recordó a Kris Kristofferson con el tema "Sunday Morning Comin´ Down". Me emocioné tanto con algunas canciones que confieso que hasta llegué a soltar alguna que otra lágrima, algo que no me había sucedido nunca en ningún otro concierto, que yo recuerde.

Entre los privilegiados afortunados que asistimos y compartimos este maravilloso evento se encontraban: el amigo Adolfo "Música Cósmica-Americana", el gran maestro de las ondas Manolo Fernández, que entrevistó a los protagonistas para su programa "Toma Uno", la alegre Juddy y su marido de "Guns & Butter", el veterano Tony Luz (ex-Pekenike, Silvertones) y otros algo menos veteranos como el avezado José Lanot (ex-Sex Museum, ex-Potro, ex-etc, etc...). Y que me perdonen el resto de personalidades que asistieron y que no haya mencionado, pero es que hace tiempo que estoy bastante desconectado de la escena madrileña.

Nada más terminar los dos bises, entre las ovaciones y aplausos enfervorizados del público, la profesionalidad y sencillez de estas dos grandes leyendas volvió a ponerse de manifiesto, bajando a saludar a la gente y a firmar autógrafos en el stand de fotos, camisetas y recuerdos que había en un rincón de la sala y que atendía la esposa de Holland. Cuando me firmaron la foto que veis arriba le dije a Bob: "Mi suegra que vive en Iowa está muy celosa de que yo esté aquí y ella no". A lo que él me contestó: "Oh, really! Thank you very much".

Por eso, la foto y estas líneas están dedicadas a ella, a mi suegra Arlys, porque se lo merece, ya que ella es mucho más fan, desde hace mucho más tiempo, de Johnny Cash y de la Carter Family que yo.

Muchas gracias también al amigo "Atikus" (ver enlace de la solapa) por haberme sacado la entrada a este fantástico show.


Resuena en el sombrero: "Still Miss Someone".- The Tennessee Three (Madrid, 13-03-07).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo sí lo he hecho varias veces.
Llorar en un concierto.
Y son lágrimas que saben a gloria.

Te he envidiado.
Un abrazo.

atikus dijo...

Desde luego le has sacado jugo a la entrada, me alegro un montón; la próxima vez tendré que hacer un esfuerzo con los horarios para ayudarte a dar más envidia jeje...

que malo soy

Mad Hatter dijo...

Sí, fue una auténtica pena que no pudieseis ir ni tú, ni RR, ni Carlitos, ni otros muchos amigos, ni mi suegra (je, je), aunque... I Still Miss Someone.

Mad Hatter dijo...

Hablando de familia, perdón por el error familiar inicial, ya que había confundido a la esposa de Wootton, Vicky, con una de sus hijas, debido a que Adolfo tuvo el mismo error. Ya me parecía a mí que el beso de tornillo que se dieron sobre el escenario no era muy paterno-filial.