La palabra “Rioja” proviene de Río Oja, debido a la gran cantidad de hojas que arrastra
este afluente del Ebro, procedentes de los bosques caducifolios de
cubren la Sierra de la Demanda. El colorido otoñal de estas hojas, en el que predominan los amarillentos,
ámbares, anaranjados, rojos y púrpuras, nos recuerdan a los
glóbulos de la sangre, el fluido vital que em otoño, más que
nunca, nos conecta con nuestra tierra, con nuestros orígenes.
Esta mañana, mientras
paseaba por el pinar de El Rasillo, con la esperanza frustrada de
encontrar alguna seta, al escuchar el agudo trino y observar
el rápido vuelo de un Agateador pasando de un pino a otro, para
recorrer en espiral su áspera corteza, en su meticulosa prospección
de invertebrados que captura con la precisa pinza de su fino pico,
mientras mi pituitaria se inundaba con el olor a leña quemada
procedente de las chimeneas del pueblo, pues bien, esa mezcla de sensaciones ha bastado para que instantáneamente retrocediese 43 años y me sintiera como aquel niño que recorría ilusionado los
bosques, con los sentidos agudizados al máximo para descubrir todos sus secretos.
Poco después he ido a
revisar las riberas del río Iregua, por encima de Villanueva, muy
cerca de donde hace años descubrí el
abrazo eterno de dos quejigos en mitad de la espesura, allí los
rayos de sol filtrados a través de las copas de los árboles
calentaban de vez en cuando, alternándose con momentos en que
arreciaba un fría brisa que arrastraba incluso un ligero txirimiri, produciendo una intermitente lluvia dorada de hojas, que caían sobre dos piedras que semejaban una lápida junto a una tumba (3ª
foto). No sé si debido a tan tétrica visión o a la fría brisa
otoñal que soplaba, lo cierto es que no pude evitar que un escalofrío
recorriese mi espalda, sobre todo cuando me agaché para
recoger una ramita de quejigo caída al suelo, con sus hojas doradas dispuestas
en forma de cruz (4ª foto).
¡Caramba! Es como si en
el paseo de hoy hubiese recorrido toda mi vida, desde la infancia a
la vejez y hasta el fin de mis días. Esperemos que no sea una premonición
de algo próximo en el tiempo.
Todos los dibujos y fotos
by Mad Hatter: Los dibujos a lapiz y acuarela serán de hace 40 años,
después de mis paseos por los bosques en otoño, observando árboles,
plantas y pájaros (el Agateador es el que está más arriba al
centro, con el pico largo y curvado, ya lo había sacado antes de
fondo algo borroso en esta otra
entrada). Las fotos del río con hojas son del Iregua.
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