En el capítulo anterior hablamos sobre la influencia de la Historia y la narrativa de aires épicos en la música pop-rock de principios y mediados de los 80, sobre
todo en Europa, aunque también surgieron grupos con una onda similar en Estados
Unidos, como fueron los “Guadalcanal Diary”, de los que podría destacar aquella
memorable canción titulada “Trail
of Tears”. Este grupo procedía de Georgia y tenía ciertas similitudes
estilísticas con sus paisanos R.E.M. (ya mencionados también en le capítulo anterior).
En Norteamérica, esta retrospectiva histórica también supuso un cierto acercamiento al folk, lo cual empezó a vislumbrarse con el uso de instrumentos acústicos tradicionales como el banjo o el arpa de boca, por algunos grupos como los (también mencionados en el capítulo anterior) “Violents Femmes”.
A todo esto se unió el estreno de
películas de un estilo “western” renovado, con una estética bastante bizarra,
en las que se huía de los estereotipos maniqueos y se reivindicaban las luces y
sombras de los clásicos “malos”, como antihéroes representantes de la libertad
y la rebeldía frente al poder establecido, como sucedía en “The Long Riders”
(Forajidos de leyenda), dirigida por Walter Hill en 1980, basada en la vida y
andanzas de Jesse James, o “Pale Rider”, dirigida en 1985 por el gran Clint Eastwood.
Ciertamente, la década de los 80
no fue la mejor para algunas viejas estrellas del folk-rock americano, como fue
el caso de Bob Dylan. Sin embargo, muchos grupos vieron en él una forma de
resaltar ese “amor por los perdedores”, así como el carácter eterno e
imperecedero de la música con raíces verdaderamente auténticas, lo cual se pone
de manifiesto en canciones como “The
King of the Losers” de los Danny & Dusty, quienes también hicieron una
versión del “Knockin´ on Heaven's
Door” de Dylan, o “Time Ain´t Nothig” de Green on Red, ambos grupos californianos compartían
algunos de sus miembros, ya que Dan Stuart, cantante de Green on Red, se unió
con Steve Wynn, de “Dream Sydicate”, para formar el dúo Danny & Dusty. Recuerdo al bueno de Fernando García comentando por la radio en aquellos días: “¡Todo el mundo quiere parecerse a Dylan!”.
También californianos The Long Ryders, fueron los más genuinos representantes del llamado “Paisley Underground”, reivindicando artistas que mezclaron el country con la psicodelia
como Gram Parsons y The Byrds, así como algunos de los “outlaws” más auténticos
y genuinos del country como Waylon Jennings, del que, en su álbum “Native Sons” (1984), hicieron una versión del “(Sweet) Mental Revenge”, quedando también patente la retrospectiva histórica ya
comentada con temazos de tremenda fuerza y energía desbocada al galope como “Looking for Lewis and Clark”, otros de aire más sosegado y psicodélico, como “See Rides” y algunos tirando a un power-pop más urbano “Lights of Downtown”, por no hablar de aquel himno en el que también reivindicaron la figura de los legendarios NRBQ (New Rythm & Blues Quartet).
Otros auténticos “paletos universales” que reivindicaron al gran
Waylon,
fueron los tejanos Jason & the Scorchers, quienes en 1985 realizaron una gran versión del “I Really Don´t Want to Know” (compuesta por Don Robertson en 1953), así como otra de “Lost Highway”, (compuesta por Leon Payne en 1948).
Pero el disco que más me marcó en aquella época fue sin duda la publicación del “Old Ways”, en 1985, del gran Neil Young, quien salía en la portada, de espaldas, paseando por un camino de tierra en un paisaje rural, y en la contraportada aparecía el cráneo de vaca
que yo copié para ilustrar la correspondiente cassete (4º dibujo). En el disco,
una de las canciones lo dice claramente “Get Back to the Country” y en el colaboran el ya mencionado Waylon Jennings
(que toca la guitarra en 6 de los 10 temas), el no menos legendario Willie
Nelson, que pone su inconfundible voz nasal en “Are There Any More Real Cowboys?” y con quien colaboró (junto a Bruce Springsteen y otros artistas) para el apoyo de los granjeros de su país en las campañas denominadas “Farm Aid”, o el gran Marty Stuart (que toca la
mandolina), si bien mi canción favorita sin duda es la que abre el disco “Wayward Wind”, compuesta por Stan Lebowsky y Herb Newman, a mediados de los 50, y que interpretó Gogi Grant en 1956 y la gran Patsy Cline, en 1961.
Unos pioneros del punk californiano, como fueron los “X”, liderados por John Doe y Exene Cervenka, se juntaron con Dave Alvin y Johnny Ray Bartel, de la veterana banda de Rock´a´Billy, The Blasters, para formar The Knitters, un grupo de lo que se dio en llamar “Hillbilly Rock” o “Cow-Punk”, con claras reminiscencias al folk más rústico de la América profunda, como bien refleja su cómica versión del “Rock Island Line”, tema de blues/folk que era cantado los presos de la Prisión Estatal de Arkansas y que fue grabado por primera vez en 1934 por John Lomax.
Unos pioneros del punk californiano, como fueron los “X”, liderados por John Doe y Exene Cervenka, se juntaron con Dave Alvin y Johnny Ray Bartel, de la veterana banda de Rock´a´Billy, The Blasters, para formar The Knitters, un grupo de lo que se dio en llamar “Hillbilly Rock” o “Cow-Punk”, con claras reminiscencias al folk más rústico de la América profunda, como bien refleja su cómica versión del “Rock Island Line”, tema de blues/folk que era cantado los presos de la Prisión Estatal de Arkansas y que fue grabado por primera vez en 1934 por John Lomax.
Si bien, el extremo de máximo cutrerío y desmadre en esta escalada de “paletez” o fiebre “redneck”, lo alcanzaron los tejanos Jon Wayne en esta delirante y estrambótica “Texas Polka”.
La parte hispana de EEUU también se apuntó a este reencuentro con las raíces folclóricas, así, en Los Ángeles, tenemos a un grupo de chicanos llamados Los Lobos que cantaban en castellano, como esta canción norteña dedicada a una tal “Anselma”.
En Australia, estaban los aguerridos Beasts of Bourbon, quienes parodiaban la arquetípica temática country de los camioneros, mezclada con la religión, en delirantes temas como “Ten Wheels for Jesus”.
En España, este movimiento de acercamiento al “country & western” no pasó desapercibido con grupos tan
emblemáticos como La Frontera. Recuerdo que, en ocasiones, compartíamos mesa de billar americano con Javier Andréu y Tony Marmota, en el “Más Allá”.
Regresando a la soleada
California, tengo que recordar a grupos como “Rank & File”, “True West” o “Lone Justice”, a quienes ya dediqué varias entradas anteriores (ver enlaces). De la ciudad de San Diego procedían unos grandes amantes del Rythm & Blues, como fueron
los Crawdaddys, quienes en 1979, tocaron una versión de otro clásico del
country más primitivo “I´m Moving
On” de Hank Snow (1950), por lo que puede considerárseles precursores de este movimiento de regreso a las raíces americanas. Su batería “Country Dick Montana”, en 1983, formó el grupo de “cow-punk” The Beat Farmers, con temas que recuperan esa voz masculina y viril ultragrave, propia del country, como este “California Kid”. Lo cierto es que a los Crawdaddys los descubrí alguns años más tarde, a finales de los 80, en el movimiento de revival sesentero que será
objeto del capítulo siguiente. A principios de la década del 2.000, se produciría un nuevo y definitivo acercamiento al country o “Americana”.
Con este capítulo inauguro una
nueva faceta de mis dibujos en miniatura, con los que ilustraba las cassettes
que grababa.
2 comentarios:
Los dibujos molan mucho. En serio.
Muchas gracias Ning. Un saludo.
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