En el capítulo anterior
mencionaba que el movimiento revivalista del garaje sesentero se estaba
extendiendo como una mancha de aceite violeta por todo el mundo,
particularmente activa fue la escena sueca. Ciertamente, los países nórdicos,
al tener unas noches tan largas y frías durante el invierno, siempre han sido
muy aficionados a la música, lo sorprendente es la calidad y calidez de los
sonidos llegados desde tan altas y frías latitudes, enlazando con el capítulo
IX "nuevo rock americano”, podría aplicarse aquello que cantaban los californianos Rank & File: “When the hot wind blows from the north…”.
Los primeros suecos que arribaron a nuestras soleadas costas con su drakar vikingo fueron The Nomads, sobre los que ya hemos hablado en ocasiones anteriores, quizá la canción que más me gusta de ellos, con esos sublimes coros a ritmo panderetero, es “The Way You Touch My Hand”, su audición supuso un antes y un después en la práctica del sano y grato deporte
de “hacer manitas”.
Uno de los motivos por el que
estos grupos escandinavos nos resultan tan cálidos, es porque en estos países
valoran mucho sus cortos veranos de largos días, en los que disfrutan de muchas
horas de luz solar, de ahí que sean capaces de componer canciones tan preciosas
como este “Pretty Days in The
Summertime” de los Watermelon Men, quines también hicieron una versión del “There She Goes” de la Velvet Underground, ambos temas incluidos en su fabuloso álbum “Past, Present and Future” (1985).
Con un rock algo más ácido y
duro, el mismo año (1985) The Wayward Souls sacaron su LP “Painted Dreams”,
del que destaco su canción “Build a
Fire Inside”, con reconfortantes guitarras. Recuerdo que, aprovechando uno de
los viajes por trabajo que realizó mi padre a Suecia, le pedí que me trajese
ambos álbumes, que grabé en una cinta cuya portada figura en el dibujo nº 2.
Pero, sin duda, los suecos que
más me impactaron y más se acercaron al sonido que yo hubiese deseado para los
Rescuers, fueron The Creeps. Me parece memorable aquella magistral ligazón sin pausa que
hicieron en “Maintaining My Cool –
I´m a Rolling Stone”, en su fabuloso LP “Enjoy The Creeps”.
También hay que recordar el
monumental sólo de fuzz y aquellos tremendos coros femeninos que se marcaron The Sinners en su “Hot Shot”, o aquel “I Tell No Lies” de The Shoutless que contestaba al “Even I Tell Lies” de los Crimson Shadows.
Entre los más estridentes fieles
seguidores al sonido garajero más purista estaban los Stomachmouths, con
canciones como “I´m Going Away”, y unos de mis favoritos, por su impecable sonido cavernoso de “moderno
primitivismo” fueron los Wylde Mammoths y aquel sublime “Won´t Make Up Her Mind”.
Entre los más poperos tenemos a
los Playmates con su agónico “Need
Somebody” y a los Pushtwangers y su colorista “Boyfriend”.
El Reino Unido, a finales de los
70, ya contaba con legendarios precedentes en la escena punk, como los
norirlandeses The Undertones y los ingleses The Buzzcocks, pero la cuna del Sargent Peppers no podía abstraerse al resurgimiento del garaje más-psicodélico de los 60, de manera que los veteranos XTC se transformaron en los estrambóticos Dukes of Stratosphear, de los que ya hemos hablado en ocasiones anteriores.
El contrapunto a esta
caleidoscópica explosión de colores lo ponían unos pálidos, austeros y tímidos
chicos escoceses que solían vestir con traje negro y camisa blanca llamados The
Thanes, mi canción favorita de ellos es este “Before I Go”.
También escoceses, pero tirando
más hacia el psycobilly, estaban los Primevals, con un tema que reivindicaba la
solución a un problema que ya estaba muy vigente entonces y que,
desgraciadamente, ha ido a más, como es la emancipación de los
jóvenes: “My Emancipation”.
Dentro de la escena más “beat”
teníamos a The Dentists, con ese dinámico “Pallino”, que abría su álbum de 1985 “You and Your Bloody Oranges” (3ª portada).
Desde la vecina Francia, también con
un sonido muy “beat”, nos visitaron un par de veces al Agapo Les Scurs, con aquel inolvidable y sabio consejo de nunca escupir a los trozos de felicidad que
salpican nuestra existencia, por pequeños que sean: “Never Spit (On any Little Happiness Bit)”. También tocaron aquí varias veces unos amiguetes garajeros llamados Les Thugs, con aquel tema “Femme Fatale” que salió en “The Battle of the Garages (Vol. IV)”.
En el lado más psicodélico,
teníamos a aquellos extraños habitantes de “Nutopía”, llamados The Vietnam Veterans. Mientras que en la parte más popera estaban los Gamine con aquella insuperable “Harley
Davidson”. Por su parte, los más veteranos The Dogs, con su carismático líder y
cantante Dominique Laboubée, hacían un rock más clásico, como esta versión del “Shout”, un tema de los Isley Brothers muy versionado en la época.
En Italia, teníamos a los ácidos
y garajeros Sick Rose con su “Get
Along Girl”, y a los Birdmen of Alcatraz, en plan más psicodélico, como lo
demuestra este “April Dancer”.
Incluso en Grecia estaban The
Last Drive con canciones llenas de inquietante misterio como “Every Night”.
Más al Norte, en Alemania estaban
The Chocolate Factory, quienes, quizás recordando aquella legendaria banda
californiana Cholote Watchband, se obsesionaron con el tiempo en temas como “60 Minutes of Your Love”, incluido en su LP “45 minutes out of 3 years”. Con
sede en Berlin, estaban The Legendary Golden Vampires, que cultivaban una de
las grandes aficiones del estilo como es la de hacer versiones, tanto de
conocidos “clásicos” como el “Strychnine” de The Sonics, como de temas mucho más escondidos y oscuros como el “Rebel Woman”, compesto en 1967 por un rocker garajero llamado Dean Carter. En el lado más psicodélico y evocando aires americanos estaban los Multicolored Shades y su “(The Ballad of) The Voodoo Ranger“.
Otro gran bastión de buena música
siempre ha sido la isla-continente de las antípodas, Australia, que contaba con
precedentes tan ilustres como Radio Birdman, de los que traigo una versión de
los 13th Floor Elevators (1966), que también hacíamos The Rescuers, como es el
“You´re Gonna Miss Me”, o The Saints, bandas legendarias cuyos pasos fueron seguidos por grandes grupos de garaje como los Celibate Rifles, aquel brutal “Slave Girl” de los Lime Spiders, tampoco se quedaban a la zaga los cavernícolas Screaming Tribesmen y su “Date with a Vampyre”. Algo más modositos y románticos eran The Stems, The Scientists, los ya mencionados en el capítulo IX Beasts of Bourbon, con su oscuro tema “Psycho”, o los no menos oscuros Died Pretty que también vinieron a tocar al Agapo, como bien demuestra el vídeo del enlace.
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