Los catalanes, que son con diferencia los que más saben de rovellons, distinguen entre el auténtico rovelló (Lactarius sanguifluus), también llamado esclata-sang, vinader o rovelló de solell, del pinetell, pinenc, paratge o rovelló d´obaga (Lactarius deliciosus), de algo peor calidad y por el que se paga menos dinero en el mercado. Sin embargo, para la mayoría de la gente ambas especies son conocidas genérica e indistintamente como “níscalos” (en La Rioja también se les suele llamar “nicles”).
Las dos especies viven asociadas a las raíces de los pinos, con los que forman micorrizas, el pinetell (en la tercera foto) es más frecuente y se caracteriza por su látex de color naranja zanahoria que se vuelve verdoso al poco rato, el sombrero tiene franjas concéntricas (zonado) muy marcadas de color rosado y anaranjado, las láminas son rosadas con tonos anaranjados. Mientras que el rovelló (cuarta foto) suele ser más escaso y de menor tamaño, las láminas son de un color rosado más pálido, con tonos algo azulados o grisáceos, el sombrero también tiene colores más apagados y está menos zonado que el pinetell, y el látex es de color rojo púrpura vinoso, que también se vuelve verdoso con el paso del tiempo, al oxidarse con el aire. Pero, al contrario de lo que sucede con el pinetell, después de comerlo la orina no se tiñe de color rojizo anaranjado (cosa que a veces asusta a quienes comen pinetells).
Ambas especies tienen un excelente sabor y una textura consistente algo granulosa, que resulta ligeramente más basta y viscosa en el pinetell.
Como este año por toda la Península Ibérica, excepto en Galicia, ha empezado a llover bastante tarde y no ha hecho mucho frío, todavía se pueden coger algunas setas como los níscalos. Hace un par de días cogí unos cuantos (en este caso se trata de Lactarius deliciosus, creo que nunca he probado los auténticos rovellons, L. sanguifluus), por lo que se me ocurrió cocinar la sencilla receta que comento a continuación:
Primero se limpian las setas y se cortan en trozos pequeños, al igual que la pechuga de pollo. En una sartén se echa un poco de aceite de oliva, se calienta y se añade un diente de ajo laminado y los trozos de pechuga. Cuando ya están algo hechos, se añaden los trozos de níscalo. Se añade un poco de sal y se remueve todo hasta que las pechugas estén doradas y el juguillo que sueltan las setas esté algo cremoso.
Mientras tanto, se preparan unas tortillas crujientes para tacos o nachos, sobre las que se pone un poco de frijoles refritos (una especie de puré de alubias pintas típico de la comida mejicana) que se calientan en el microondas y sobre las que se vierten los trozos de pechugas y níscalos fritos con el aceite y el ajo. Como toque final, se puede poner un poco de salsa mejicana, bien de tomate, pimiento y picante o bien guacamole, con una hojita de perejil en lo alto.
Y para beber, “Coronita” o "Dos Equis", claro (aunque vale cualquier cerveza o un vino rosado de aguja también les iría muy bien).
¡Que os aprovechen estos nicles con sombrero mejicano, manitos de la hermandad del pis rojo!
Todas las fotos by Mad Hatter, excepto la última del rovelló (Lactarius sanguifluus).
6 comentarios:
Pues dijole que me parece una receta de la gran chingada, super apetecible,mijo.
Me faltó como música algún mariachi, para esos tacos con frijoles.
(Yo estuve a punto de poner níscalos como guarnición para las pechugas naranjas, por mantener el color naranja de toda la receta en lo mío)
Un abrazo Mad Hawktter...
¡Andele!¡Muchas gracias maestro!
De parte de este "gavilán pollero", digo "halcón setero".
Pues estuve pensando si poner algo de música, pero no encontré nada mejicano que hablase de setas que no sean el peyote, y además hay que descansar el oído de vez en cuando ¡Si seré güevón!
Pues ahí no más te va un abrazo norteño, manitooo!
Pongale nomás un narcocorrido , güey , que esos níscalos serranos bien lo meresen.
""Puros tragos de Buchanan’s y grupo de los mejores,
en la sierra hay un gran hombre que tiene muchos valores
Es un hombre de respeto, caballero y buen amigo,
respetuoso con las damas, sencillo, además muy fino,
es herencia de sus padres, por eso es reconocido.""
je,je...estamos en lo de siempre...a mi me encanta comerlos pero cocinarlos...
LO reconozco, soy una perezosa de las ollas y sarténes!!!
Me encanta la descrtipción con tanto colorín que haces de cualquier "hierbita", animal o plato!!!
besotes!!
Muchas gracias por el corrido "MK" ¡Manita!¡Ándele!
Pero Nanci, si vos sos catalana! ¿Como no me cocinás los rovellons cujons? (Lo sé esto no es mejicano, le he puesto acento argentino-catalán para variar).
Petons coloreats.
Pero mijito!!! qué chévere te quedó! que apañado que es este hatter setero, que no setentero.
Publicar un comentario