En los medios se ha difundido el cierre de la instrucción judicial del caso de los once fallecidos en el incendio que se produjo entre los días 16 y 21 de julio de 2005, en Riba de Saelices (Guadalajara). Y, tal como va el asunto, podría estar en juego el futuro de los servicios de lucha contra los incendios forestales de toda España.
A continuación, se expone la carta redactada por los compañeros forestales de Guadalajara:
"Como habréis sabido por la prensa o por referencias de otros compañeros, la instrucción del accidente en el que lamentablemente fallecieron 9 miembros de un retén, un jefe de zona de incendios y un auxiliar técnico de extinción (estos últimos agentes medioambientales) en el transcurso de las labores de extinción del incendio de los pinares del Ducado en Guadalajara en julio de 2005, ha concluido con la imputación de siete técnicos de coordinación y extinción de incendios forestales, del entonces director del Parque Natural, del Director General de Medio Natural y del entonces Delegado Provincial de TRAGSA en Guadalajara.
Dicha instrucción, realizada en un clima altamente politizado, ha durado casi cuatro años. En ella, se han practicado numerosas pruebas testificales y periciales solicitadas por la jueza instructora y la acusación particular. Una gran parte de las pruebas solicitadas por la defensa de los técnicos imputados ha sido sistemáticamente denegada.
La instrucción tiene un claro punto de inflexión a raíz del traslado de la jueza que comenzó los trabajos, quien previsiblemente iba a archivar el caso al no encontrar indicios de delito.
El nombramiento de una nueva jueza en el Juzgado de Sigüenza coincide con la presentación de un informe pericial aportado por la acusación, y redactado por el Ingeniero de Montes, José Miguel Montoya Oliver.
Este informe pericial es la base fundamental para la imputación de los siete técnicos de extinción y coordinación, del entonces director del Parque Natural del Alto Tajo, el Director General de Medio Natural servicio forestal y del Delegado Provincial de TRAGSA (empresa a la que pertenecían parte de los fallecidos).
El informe se presentó con gran repercusión mediática. Se trata de un documento repleto de errores de bulto, incorrecciones y frases insultantes que reparte culpas y responsabilidades sin aportar ni un sólo dato objetivo, ni cartografía, ni datos climáticos, medios participantes ni análisis de las estrategias y tácticas de extinción.
Dicho informe tiene tres denuncias distintas ante el comité de ética profesional del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes desde el año 2008, sin que hasta la fecha se haya pronunciado al respecto.
El informe provocó un intenso debate profesional a través de Internet que motivó el cierre del foro que el Colegio tenía en su página web.
A petición de la propia jueza instructora (y por tanto no a petición de ninguna de las dos partes), se solicita un nuevo informe pericial. Este es adjudicado por insaculación (sorteo) a dos Ingenieros Técnicos Forestales. En él se manifiesta explícitamente la inexistencia de responsabilidad por parte de los técnicos imputados, descartando cualquier tipo de negligencia en el operativo de extinción y en el fallecimiento de los miembros del retén.
Existe asimismo otro informe elaborado por el Ministerio de Trabajo en marzo de 2006 en el que se analizan exhaustivamente las causas del accidente y del fallecimiento de los trabajadores, y en el que igualmente se concluye la absoluta falta de responsabilidad en el mismo de los Técnicos.
Otra serie de informes avalan igualmente la tesis del accidente imprevisible como causa de la muerte de los combatientes.
Todos estos informes son obviados totalmente en el auto de la jueza por el que se pone fin a la instrucción de manera precipitada, ya que aún quedan pendientes de practicar pruebas solicitadas por el juzgado, y en el que se imputan tres presuntos delitos, uno de incendio forestal por imprudencia grave, otro contra los derechos de los trabajadores y un tercero por homicidio por imprudencia profesional a los técnicos participantes en las labores de coordinación y extinción del incendio.
Asimismo, y sin explicar los motivos, el auto ha exculpado al no encontrar indicios de conducta delictiva a cinco de los ocho excursionistas cuya barbacoa dio lugar al incendio.
La decisión de esta jueza de instrucción cierra el sumario manteniendo imputaciones tan graves a técnicos, basándose exclusivamente en declaraciones de personas que ni siquiera actuaron en el incendio y en grabaciones del 112. Asimismo obvia informes periciales que exculpan a los técnicos (entre ellos el informe pericial que la propia instructora mandó realizar o el informe de la Inspección de Trabajo). Con esta decisión se crea un grave precedente de inseguridad para todas aquellas personas que trabajan en servicios de emergencias, en especial las que trabajan en extinción de incendios forestales. Por el mismo camino cualquier técnico puede ser imputado del delito de incendios; bastaría con que el fuego no pudiera ser apagado en el pronto ataque.
Cualquier técnico, en base a su actuación como tal, puede quedar a los pies de los caballos de la prensa y, por extensión, de la sociedad; puede ser condenado a la dolorosa pena de banquillo; puede, en resumen, ser sometido a la dureza de un juicio público basado en acusaciones sin un mínimo de consistencia o en diligencias sin fuerza valorativa alguna, con la terrible trascendencia social que cualquiera de nosotros puede imaginar.
Y lo que es más importante: una posible sentencia condenatoria en el juicio oral al que se enfrentarán estos técnicos, deja la puerta abierta a la persecución por vía penal de cualquier técnico que haya participado en trabajos de gestión, coordinación, extinción y prevención por cualquier daño y/o accidente ocurrido en el desarrollo de su trabajo.
Con esta carta no pretendemos convencer a nadie. Únicamente informamos y, sobre todo, llamamos a la reflexión al colectivo de técnicos (ingenieros de montes e ingenieros técnicos forestales principalmente) que, como cada año, asume generosamente las responsabilidades propias del servicio público de emergencias que es el de extinción de incendios forestales. No podemos menos que advertir a todos nuestros compañeros de las sombras y amenazas que se ciernen sobre nosotros en el desarrollo de nuestro trabajo".
¿Cómo es posible que en un Estado de Derecho europeo del siglo XXI se produzcan este tipo de actuaciones judiciales? Hay jueces que, en lugar de administrar justicia, aumentan los daños y los perpetúan en el tiempo, crean incertidumbre y desconfianza, aplicando principios tan sensatos, profesionales y objetivos como: "muerto el perro, se acabó la rabia" o "al final, siempre pagan justos por pecadores".
Habrá que esperar a que se dicte sentencia y a que se resuelvan los posibles recursos que se presenten, y confiemos en que finalmente se imponga la justicia y el sentido común.
12 comentarios:
Esa instruccion ya desde el principio me parecio todo una cadena de despropositos, como si los acontecimientos que se fueron desarrollando aquel maldito dia no lo fueran ya de por si. Nunca he visto tanta mala suerte y tal cadena de catastroficas desdichas en mi vida. Que mala suerte tuvieron esos pobres martires, que murieron igual que San Lorenzo.
Se merecen justicia, por ellos y por los que vengan detras.
Yo no armaría tanto revuelo. De momento aquí no ha habido ninguna sentencia, sino únicamente la finalización de la fase de instrucción.
Los que juzguen serán otros.
Y cuando haya sentencia ya se podrá uno tirar las manos a la cabeza: si es que produce espanto.
Pero aún quedarían los recursos...
La justicia suele acertar. Estoy convencido de que en este caso habrá una sentencia justa,
y que todos los profesionales que diariamente se juegan la vida para salvar las de los demás, puedan seguir desempeñando su trabajo sin el sentimiento de que en cualquier momento podrán ir a la cárcel de manera injusta.
Lamentablemente no habrá castigo para quienes politizan y enfangan y utilizan a las doloridas víctimas. Los votantes no suelen tener en cuenta esta falta de moralidad.
Participé harà ya unos 20 años en la extición de un incendio entre Montserrat y La Mola. Me sorprendió la fuerza y rápidez que puede alcanzar un incendio forestal.
Mi mas sincera simpatia y soporte para todos los amantes del monte que participan en la prevención y extinción de incendios. Son unos heroes y la sociedad deveria reconocerlos como tales facilitando al maximo su labor.
Vaya rollo, pero es verdad.
th
Muchas gracias "Wood" y "Treehuger".
Esta entrada no la he puesto para armar ningún revuelo, "Anónimo", ni tampoco busco polémica de ningún tipo, sino únicamente para divulgar la instrucción de este caso y la opinión de los principales imputados.
Y, por supuesto, vayan por delante mis más sinceras condolencias para los familiares y amigos de las víctimas.
El texto da para un "corta y pega" que haría de el mío un largo comentario.
Desconozco la instrucción del caso, y sólo sé de ella por lo reseñado en este escrito.
No puedo dar crédito al mismo, y no por falta de fe, sino por desconocer, repito.
Ahora bien: me suena mucho a actuaciones judiciales raritas, muy raritas, como viene siendo normal (¡normal!) desde que tengo uso de razón.
Alguien dijo una vez que la justicia es una mierda. Creo que la mierda son leyes y normativas, demasiado amibguas y susceptibles de ser prostituidas por un poder muy judicial, pero ráramente justo.
Me cabrean estas cosas.
Cualquier persona involucrada en un accidente en el que hay muertos por accidente de trabajo esta expuesta a denuncia penal, actualmente en españa la fiscalia tiene la " buena" constumbre de imputar a todo el mundo de antemano, con informes o sin informes, a todos y luego se procede con el juicio.
No opino así "Mosquito", hay que ser realistas, es imposible o costaría muchísimo que las leyes prevean absolutamente todos los casos y detalles. En ese caso, no harían falta jueces, sino que se podrían introducir los datos de cada caso en un ordenador y en 5 segundos salía la sentencia por la impresora.
Lo que hace falta es que los jueces sean conscientes del "espíritu" (los objetivos) de las leyes y apliquen el sentido común y el de la justicia.
Vale Raul, imputan a todo el mundo menos a los excursionistas que encendiero la barbacoa, pese a haber sido requeridos por un Agente Forestal que no lo hicieran ¡Manda güevos!¡Aupa Raul!
Eso es lo malo, Mad: que se aplica el sentido común. Común al círculo ideológico, moral, en el que se muevan jueces y fiscales.
Por otra parte, y entendiendo que los recursos humanos y materiales del sistema judicial en España son penosos, por insuficientes (nos dan constantes toques desde Bruselas al especto) los códigos están anticuados u obsoletos, en muchos casos; y así permanecen, entre otras razones, por que son considerados por muchos juristas como "joyas de la literatura".
A veces me siento a merced de filólogos, y no de hombres justos.
Miedo me da, y porque ya me ha tocado muy de cerca un repugnante error judicial.
Pero este, es otro tema, y no deseo abundar en ello.
Tienes toda la razón "Mosqui", la Justicia es nuestra gran asignatura pendiente. Personalmente, preferiría un sistema más práctico, ágil y eficaz y no tan extremadamente garantista y pre-precabido. Al igual que pienso que, la mayoría de las veces, se legisla pensando en los delincuentes en lugar de en las víctimas.
Existen auténticos profesionales del pleito. En un sistema colapsado a aquellos que utilizan el sistema judicial para resolver conflictos absurdos o que recurren por sistema y cabezonería, debería castigarseles duramente.
No se puede llegar a los extremos de judicialización de la sociedad a los que estamos llegando.
Ya existe legislación para aquellos que abusan de las denuncias.
Antes recordaba el ejemplo que ponías con el ordenador y la impresora. No creas que es muy distinto, y no exagero nada. De hecho, se conoce comunmente al sistema de justicia de como "maquinaria judicial".
Yo puedo cancelar una impresión desde mi ordenador, es sencillo, pero es imposible parar la "maquinaria judicial" una vez que se ha puesto en marcha, y aún a sabiendas de que aquello que procesa puntualmente es absurdo, inconsistente, injusto... Es una garantía, lo sé y lo comprendo, pero se lleva por delante a muchos, pero que a muchos inocentes.
Lo sé de buena tinta, y lo sé desde ambos lados de la barrera.
Buen finde, Mad.
Me marcho a hacer fotos.
En este caso, siempre me ha asombrado eso que apuntas: todos tienen culpa menos quien encendió la jodía cerilla.
Si está prohibido hacer fuego de Febrero a Octubre en toda España, está prohibido y punto. Y más, viendo cómo estaba de seco aquello, ¿para qué se pusieron?
Un abrazo.
Lo de que en toda España está prohibido hacer fuego de febrero a ocubre no es así, cada Comunidad Autónoma regula sus normas, en función del riesgo de incendios. Aunque es cierto que cualquiera con un mínimo de sentido común podía ver que aquellos días de julio de 2005 el riesgo era extremo. Nunca he podido entender a esa gente que si no cocina algo al fuego en el monte, parece como si no tuviese ningún otro aliciente ir al campo.
Un abrazo.
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