miércoles, octubre 10, 2007

Bebiendo en las Fuentes de Ribavellosa





Hacía mucho tiempo que no acudía a este lugar, no sé por qué, quizás me daba algo de miedo, es un paisaje de una gran belleza, tiene algo especial, se trata del monte de "Ribavellosa", en Almarza de Cameros (La Rioja), mejor dicho, justo donde termina este monte y comienza la zona más escarpada de los riscos de "Espinedo", del vecino término de Torrecilla en Cameros. El nombre le viene que ni pintado, porque este lugar de malezas impenetrables, no sólo pincha en el cuerpo, sino que clava espinas en el alma, en lo más profundo de nuestros corazones.

El día estaba "de cambio", nublado alternando con algunos claros, habían anunciado lluvia para el día siguiente, la brisa era fresca y el monte parecía estar en llamas por el fuego de las hojas de los arces, los mostajos y los cornejos. Al llegar al collado donde comienzan los riscos y el hayedo de la umbría de "Espinedo", un enorme cuervo negro pasó solitario volando por encima, emitiendo graznidos con su grave y profunda voz. Sin duda, el espíritu del "Hombre de Negro" sobrevuela este lugar, buscando incansablemente a su pareja, que no aparece por ningún sitio. Ella hace tiempo que ascendió a la luz eterna, mientras que él se ha tenido que quedar en estos agrestes parajes para curar y aclarar la oscuridad de su alma.

Este año parece que los arces y los mostajos no han dado fruto, por lo que, después de una agradable caminata y de asomarme al "Castillo de Viguera" desde la tejera del risco, regresé a la fuente de Ribavellosa para calmar mi sed y para regar un joven tejo que había rescatado de una vereda en la que estaba siendo pisoteado y ramoneado constantemente por las vacas y los ciervos, por lo que allí no tendría ningún porvenir.

Tras el tórrido y seco verano, de la fuente sólo manaba un pequeño y tímido hilillo de agua, lo justo para refrescarme, echar un trago, regar el joven tejo y comer un bocado, mientras disfrutaba del impresionante paisaje y observaba las evoluciones del viejo cuervo en el cielo, que no me quitaba el ojo de encima, escrutando la posible caída de cualquier pequeña migaja que luego él podría aprovechar en la tranquilidad y la soledad de su refugio ascético.

Al llegar al coche, metí la cámara y los guantes en la mochila, introduje en el maletero el tiesto y la pequeña piqueta que suelo llevar para estos menesteres, me guardé también mis penas y mis recuerdos, y regresé a casa, de nuevo a la seguridad del hogar, con mi familia.




Resuena en el sombrero: "Pack up your sorrows".- Johnny Cash & June Carter (Nashville, 1967). Con los graznidos del cuervo de "Espinedo" al fondo.

9 comentarios:

nancicomansi dijo...

Esta entrada rezuma melancolía de la dulce por los cuatro costados...
La primera foto es preciosa, con esas hojas tristes del primer otoño (¡como me gustan esos colores!)

Pero tu parece que sabes disfrutar en todo momento de lo que la naturaleza te regala...
Muy bien.
AH! me gustó lo del cuervo "rondandote"...

Paco Becerro dijo...

Un expléndido paseo, con cuervo y sentimientos. Me gusta también la primera, la de la fuente.

Espero que al regresar a casa encontraras lo que te hizo estar regular en el monte.

Animo amigo.

WODEHOUSE dijo...

Cuanto estoy aprendiendo de La rioja con este blog!. No sabes la ilusión...
pero ...yo a lo mío. De cameros lo mejor el queso y el paté de "El robledillo". Este finde iré por esas tierras con muchas ganas como cada año a celebrar mi santo. un besazo.

Mad Hatter dijo...

Has cogido la idea, Nanci. Hay gente que me pregunta ¿Pero no te aburres de ir siempre a los mismos montes? Les contesto que cada vez que voy el monte siempre es distinto, sencillamente porque ya no es el mismo monte.

No tengo nada que encontrar, querido "FutBlo", en este caso y para variar lo tengo todo bastante clarito ahí debajo del sombrero (je, je). Gracias por los ánimos.

Me alegro de ayudarte a descubrir nuestra tierra, Pilar, felicidades por adelantado y que lo pases muy bien por Santo Domingo y Haro, comiendo pimientitos asados, dales recuerdos a la gallina y al gallo.

Carmen dijo...

Qué ganas de coger cuatro cosas en una mochila y salir a hacer ese recorrido ahora mismo. Agua y almendras para picar mientras sentada en una roca se ve lo que nos cuentas..... y me apunto para ir

Mad Hatter dijo...

Bueno Carmen ¡Cuánto tiempo!¿Dónde andabas?
Tengo que deciros que para llegar al paraje descrito sin pegarse una caminata exagerada hay que ir por un camino de acceso restringido.
Que disfrutes de este largo finde semana.

Álvaro dijo...

Nada que decir.

Simplemente magnífico.

Saludos del urbanita, jeje

Anónimo dijo...

Gran paseo me has hecho dar!
Gracias

WODEHOUSE dijo...

De tu parte hermosuro. Nunca mejor dicho, soy más de ciudad que las farolas y me enseñas todo lo que quiero aprender sobre mis raíces y la tierra de mis ancestros. Eso no tiene precio, en serio, corazón!!!