sábado, diciembre 09, 2006

¡Vaya baya hay sobre la valla!


¿Quién no recuerda al druida Panoramix subido en lo alto de un roble para recoger muérdago con una pequeña hoz dorada?
Ciertamente, resulta extraordinariamente raro encontrar muérdago en una encina o en un roble (Quercus), por lo que dicho hallazgo era considerado sagrado por los antiguos celtas, y su recolección exigía un ritual de purificación.
Para los pueblos de la antigua Europa, no era de extrañar que se sacralizase una planta que permanece verde durante todo el año, y que es incluso capaz de fructificar sobre las desnudas ramas invernales de los árboles. Sus frutos blancos y esféricos eran identificados con la luna y maduran durante la época en la que el sol cede su reinado en los cielos a su pálida hermana. Por eso, durante el oscuro y temido solsticio de invierno, el muérdago representaba la esperanza de que la luz nunca llegaría a apagarse del todo y de que pronto los días comenzarán a alargarse de nuevo.
Con la llegada del Cristianismo a Europa, el muérdago se asoció a la Navidad y se resaltó el hecho de que los restos de los pequeños cuatro tépalos que coronan sus bayas forman una cruz casi perfecta.
Hay que recordar que el muérdago (Viscum album) es una planta parásita de una gran variedad de árboles, cuyas semillas llegan a las ramas llevadas por los pájaros al defecar.
El muérdago realmente tiene propiedades medicinales siendo un gran benefactor del sistema circulatorio por su efecto hipotensor y antiespasmódico. Aunque sus hojas deben recogerse antes de la formación de los frutos que resultan tóxicos para las personas.
La Navidad es tiempo de escribir cartas, de enviar felicitaciones, de proclamar nuestros deseos, sueños y aspiraciones, por eso en este día tan ventoso, se me ocurre escribirle directamente a Dios:
"Querido Dios:
Usted mejor que nadie debería saber que la palabra "Adviento" no debe interpretarse incorrecta y literalmente con la grafía "Haz viento", sino que es tiempo de esperanza, de estar alerta, despiertos y preparados para la venida de su hijo Jesús. Por eso le ruego que haga cesar este fortísimo y molesto viento que arranca las bayas del muérdago, privando a las aves de alimento y a nosotros de un tradicional y bello adorno navideño".
Por cierto, la noche del 20 de diciembre será luna nueva, y al día siguiente es el solsticio de invierno. No olvideis besar a la persona que tengais más cerca, cuando paseis por debajo del ramito de muérdago.
Recordar también que ayer, 8 de diciembre, se cumplieron 26 años del asesinato de John Lennon a manos del perturbado Mark David Chapman a la salida de su casa en Nueva York.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde ¡Muérdago y esperanza queridos hermanos!
Resuenan en el sombrero: "Kumbayah" en la versión de Guadalcanal Diary (Athens (Georgia, USA), 1985). Y de nuevo el "Give Peace a Chance" de John Lennon (New York, 1969).

2 comentarios:

atikus dijo...

No sabía esa que tenías esa proximidad intelectual con el druida del pueblo galo, ¿También la tienes con su músico??
En fin y ya fuera de bromas, me parece muy interesante este comentario sobre el muerdazo que nunca esta de mas y también el recordatorio del fallecimiento de uno de los mas grandes de la música actual J.Lennon.
Por cierto tendré que estudiarme donde hay muérdago el día 21 para besar a todas las chicas que pueda!!!

Mad Hatter dijo...

Lo de besar a quien está debajo del muérdago, vale para todos los días, no sólo para el día 21. Simplemente fue una nota "mágica" para hacer notar que la coincidencia de la luna nueva con el día más corto del año es algo como muy oscuro, por lo que es conveniente estar bien acompañado.
Que usted lo "muerda" bien "Atikus-go!"