lunes, septiembre 18, 2017

DEL "ÁUREA MEDIOCRITAS" A LA "MEDIOCRECRACIA"


En el año 23 a. d. C., Horacio escribió en sus “Odas” sobre el concepto poético de “áurea mediocritas” (dorado término medio, dorada medianía o moderación), una expresión latina que alude a la pretensión de alcanzar un deseado punto medio entre los extremos, un estado ideal alejado de cualquier exceso, mediante la justa medida de los términos opuestos, una especie de “nirvana” del hedonismo epicúreo, basado en conformarse con lo que se tiene y no dejarse llevar por las emociones desproporcionadas.

Sin embargo, paradójicamente, el hedonismo materialista, fomentado por el consumismo y el capitalismo actuales, parece llevarnos hacia un creciente desequilibrio consistente en una cierta “mediocrecracia” o el poder de los mediocres.

El afán por abaratar costes fomenta que se oferten al mercado productos mediocres de baja calidad, con los que parece conformarse una mayoría de la población, con la excepción de las elites privilegiadas, lo que conduce a una progresiva desigualdad social, ya que la inmensa mayoría de la población tiende a igualarse por abajo, mientras que los más ricos cada vez exigen caprichos más caros, selectos y exclusivos.

Todo se convierte en un producto de consumo, incluida la educación, el deporte, el arte, las carreras profesionales y la política. La oratoria y la dialéctica se han transformado en verborrea y demagogia, la democracia deriva hacia el populismo. El rigor y la razón han dejado paso a la inmediatez y la opinión de cada momento, más o menos dirigida por el albur de las modas, los gustos, las tendencias, lo “políticamente correcto”, las emociones en su concepción más superficial, variable y volátil. Una inmediatez de las emociones y los impulsos a la que nos hemos hecho dependientes, y no sólo de los típicos placeres mundanos, sino que incluso hay personas que se han hecho adictas a la indignación y al victimismo.

Hemos perdido virtudes como la paciencia, la serenidad y la reflexión que nos conducen a la verdadera sabiduría ¿Por qué?

La causa hay que buscarla en que nos hemos alejado de nuestro “verdadero ser”, hemos caído en el autoengaño del “ego”, porque el capitalismo y la sociedad actual se basa fundamentalmente en la continua y desmedida alimentación de nuestros egos que crecen y crecen sin parar hasta que, inevitablemente, terminan chocando entre sí y con la realidad de la Naturaleza, tanto la del mundo en el que vivimos como con nuestra propia naturaleza humana, porque en realidad no somos así, no somos esos “niños pijos”, exigentes, intransigentes, llorones y quejitas, somos seres luminosos, con una enorme capacidad de raciocinio, de amor y de colaboración para autorrealizarnos y para realizar acciones (pequeñas, medianas y grandes) que realmente mejoren el mundo ¡Disfrutemos y aprovechemos todo nuestro potencial humano!

Resuena en el sombrero: “Human”.- The Human League (Sheffield (UK), 1986).
Ni más ni menos”, así se rotulan los platos de la balanza que pesan pecados y virtudes en el cuadro “Finis Gloriae Mundi” (arriba) que pintó Juan de Valdés Leal para el Hospital de la Caridad de Sevilla en 1672.

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