Todos conocemos a Luis Miguel Domínguez por sus reportajes y programas de la tele, ese naturalista que recuerda en su forma de hablar al gran Félix Rodríguez de la Fuente, por su elocuencia y entusiasmo. Gracias a esa fama, podría vivir cómodamente, pero también ha heredado del maestro Félix su compromiso con la Naturaleza y con una especie animal en particular, el Lobo ibérico, capaz de generar una gran polémica a su alrededor, motivo por el que Luis Miguel ha llegado a recibir amenazas de muerte. Aún así, su valentía y determinación le ha llevado a crear, junto a un grupo de amigos, la asociación “Lobo Marley”, que persigue la inclusión del Canis lupus signatus en el Catálogo de especies estrictamente protegidas en España, como primer paso para conseguir un nuevo modelo de desarrollo rural en toda Europa.
Ciertamente, el lobo no es una especie más, tiene un papel fundamental en los
ecosistemas, pero también la facultad de reflejar todas nuestras
contradicciones, nuestros miedos, complejos y defectos. Representa el
lado más
salvaje e indómito de la Naturaleza, es el antepasado del perro que se negó a ser
domesticado, no deja de ser paradójico que el pariente más cercano
de nuestro mejor amigo haya sido considerado nuestro peor enemigo, el
único animal que ha osado desafiar nuestro dominio, nuestro único
competidor en los bosques de la vieja y poblada Europa.
Luis Miguel nos contó en la charla que dio en el salón de usos múltiples del Ayuntamiento de
Logroño, organizada por “Amigos de la Tierra en La Rioja” ayer
24 de marzo, un hecho que refleja muy bien lo especial y
desconcertante que es este gran superpredador que, normalmente, vive
en manadas y ahuya, pero que también es capaz de pasar totalmente
desapercibido durante años, incluso criando no muy lejos de
nuestras casas.
El lobo es el incómodo
pepito grillo que se esconde en el lado más profundo y ancestral de
nuestra mente, recordándonos con su mera presencia lo mal que
estamos ejerciendo nuestro papel dominante en la Naturaleza, lo
ineficiente e injusto del sistema que hemos creado, no sólo para el
medio ambiente y el resto de los seres vivos, sino para con nuestros
propios congéneres, recordemos la famosa alocución latina “Homo
homini lupus” (el hombre es el lobo del hombre).
El lobo es un animal polémico que consigue exacerbar nuestras tensiones y la división
existente entre el mundo rural y el mundo urbano. Luis Miguel nos
abre los ojos en este sentido y nos muestra lo envenenado, interesado
y negativo que es ese cisma artificial creado entre la ciudad y el
campo, entre el valle agrícola e industrial versus la sierra
silvestre y ganadera. No amigos y amigas! No debemos caer en esa
trampa! El lobo representa a Iberia entera, es un tesoro natural que
trasciende a todas nuestras luchas rastreras entre torpes miopes y a
todos nuestros conflictos de intereses egoistas y a corto plazo.
Preguntado sobre si no cree que se debe realizar cierto control poblacional del lobo, Luis
Miguel explicó que la eliminación de los individuos alfa puede
desestructurar las manada y producir el efecto inverso al pretendido
incrementando el número de ataques y daños al ganado doméstico. El
lobo no mata ovejas todos los días, el “ánima”, el alma de este
animal le impulsa a desarrollar su potencial, a ejercitar plenamente
sus facultades lobunas, necesita cazar presas silvestres en equipo,
superar retos dignos de su estatus de gran superpredador.
La presa ideal del lobo
es el corzo, si comparamos el mapa de distribución de ambas especies
comprobaremos que prácticamente se superponen. El desarrollo
experimentado durante las últimas décadas de las poblaciones de
caza mayor es lo que ha propiciado la recuperación y expansión del
lobo, que estuvo al borde de la extinción en los años 70, refugiado
en la frontera entre Zamora y Portugal, por lo que actualmente es una
especie frágil genéticamente y, por lo tanto, vulnerable y
amenazada.
El lobo estructura el
territorio simplemente con su presencia, con estar, no necesita cazar
ni matar, basta con que asome sus orejas por encima de una loma para
que el resto de la fauna sepa a que atenerse.
Aprendamos del lobo a
saber estar en la Naturaleza, no hace falta preocuparse tanto ni
hacer tantas cosas, basta con integrarse, basta con SER Naturaleza.
Está claro que el lobo ES Naturaleza, dejémosle entonces ESTAR.
No hagamos cosas raras
difíciles de explicar a la Unión Europea, el lobo está
estrictamente protegido en Portugal y no se ha hundido el mundo ni
desaparecido la actividad ganadera, recibiendo ayudas europeas para
ello, por lo que lo lógico, razonable y natural es que también esté
protegido en toda España, para que toda la Península Ibérica pueda
beneficiarse de la existencia de esta joya única y exclusiva de
nuestra tierra, Canis lupus signatus, la especie más emblemática
junto con el Lince (Lynx pardinus).
Resuena en el sombrero:
“Will the wolf
survive?”.- Los Lobos (Los Ángeles (USA), 1985).
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