A veces, la niebla no se desvanece, por muy fuerte que sople el viento.
Tampoco la irresistible atracción que siente el zorzal por los rojos arilos del Tejo sagrado, se desvanece por más fría y severa que sea la ventisca (segunda foto).
La oscura silueta del Tejo milenario no se desvanece en la niebla, por espesa que esta sea (primera foto).
El corazón de un hombre no se desvanece tan fácilmente, aunque las hojas del venenoso Tejo se introduzcan en su boca, al atravesar la enmarañada selva, nublando su mente.
El amor no se desvanece así como así, por espesa que sea la niebla de la duda. Sino que hunde sus raíces en lo más profundo del alma, lo mismo que el Tejo hunde sus rojas raíces en el profundo suelo, sin permitir que el agua que baja por la ladera haga que se desvanezca su fuerza y su empeño (tercera foto).
No hay nada más rojo, ni más espeso, ni más fuerte que la sangre, por eso ésta nunca se desvanecerá.
Resuena en el sombrero: “Not Fade Away”.- Florence + The Machine (London (UK), 2010). Magnífica versión de una gran canción compuesta por el genial Buddy Holly en 1957 (New Mexico).
Texto by Mad Hatter. Fotos tomadas de internet de Tejos en la Sierra de Cazorla (Jaén).
2 comentarios:
Hola, Mad. Se ve que nos gustan los mismos sitios, porque yo pasé por ese mismico lugar antes de terminar el año. Era alucinante! De hecho, dentro de poco lo publicaré.
Me ha gustado mucho la entrada, con esa foto del pino imponente al principio.
Nunca se desvanecerá nuestro amor por la Naturaleza, Josélez.
Gracias por el comentario, aunque las fotos no son mías.
Un abrazo.
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