martes, junio 08, 2010

SERES SIN NOMBRE



La mayoría de la gente con la que hablo denomina a los seres vivos en amplias categorías del tipo: microbios, musgos, hierbas, flores, árboles, bichos y personas.

En contadas ocasiones me sorprende alguien que es capaz de diferenciar un roble. Todavía recuerdo la ilusión que me hizo, a los doce años, cuando descubrí que los "extraños" robles de hojas coriáceas y algo pinchudas que habitan en algunas zonas de la Sierra de Cameros, en realidad se llaman "Quejigos" y que, para evitar confusiones con los nombres vulgares que se les dan a los árboles en los distintos lugares, se le había asignado desde la antigüedad el nombre científico de Quercus faginea.

A partir de entonces, trato de identificar todos los seres vivos con los que me encuentro y que soy capaz de ver con un mínimo detalle.

A pesar de los muchos años que llevo andando por la Sierra de Cameros, no fue hasta hace pocos días cuando me percaté de la presencia de una pequeña pero bella florecilla, una bulbosa de la familia de las liliáceas, que florece al mismo tiempo que su pariente de mayor tamaño, el conocido Gamón (Asphodelus albus), en el sotobosque de pinares negrales (Pinus pinaster) y de rebollares (Quercus pyrenaica), junto a brezos (Erica cinerea, Erica vagans y Daboecia cantabrica), jaras (Cistus albidus) y cantuesos (Lanvandula stoechas).

Lo que más me llamó la atención de esta bella flor es que los filamentos de los estambres están recubiertos por un inmaculado y brillante fieltro blaco. Tras algunos minutos de búsqueda en internet, averigüé que se trata de Simethis planifolia, una planta que está en peligro de extinción en las islas Británicas y que también vive desde Francia hasta el Norte de Marruecos. A la que podéis ver en la primera foto, junto a una chinche (Heteróptero, Mírido de la especie Capsodes flavomarginatus) que apenas alcanza el centímetro de longitud.

No debo ser el único al que esta planta le ha pasado desapercibida durante largo tiempo, porque esta flor carece de nombre vulgar y tampoco he encontrado que se utilice para nada en ninguna publicación de etnobotánica o fitoterapia. El hecho de que, al igual que el Gamón, sea respetada por los mamíferos herbívoros, me hace sospechar que tendrá algún grado de toxicidad.

Sin embargo, a escasos metros encontré una planta más vistosa y conocida (segunda foto), el Toronjil silvestre (Melittis melissophylum) de grandes hojas aserradas y velludas y con grandes y bellas flores bilabiadas de color blanco y rosa púrpura, cuyo abundante néctar ofrece a las abejas y mariposas a cambio de que éstas distribuyan su polen. En efecto, se trata de una planta melífera que durante largo tiempo ha sido uno de los remedios más empleados contra la gota y los cálculos de las vías urinarias y que también se utiliza para combatir la angustia, el insomnio, la conjuntivitis y el vértigo, para lo cual se toma una infusión preparada con la parte aérea de la planta recogida al inicio de la floración.

Es lógico que los seres vivos más pequeños y discretos pasen desapercibidos y no se les ponga un nombre vulgar. Algunos seres que habitan selvas remotas y zonas abisales de los océanos todavía no se han descubierto para la ciencia y ni siquiera tienen nombre científico, sería muy triste que desapareciesen antes de ser descubiertos.

No olvidemos que para poder amar algo es preciso conocerlo.

Fotos by Mad Hatter (Sojuela (La Rioja), junio 2010).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

sigo tu blog a través del enlace de un amigo, enhorabuena , esta última entrada me ha emocionado mucho. Qué verdad es esa de que para amar hay que conocer, el amor siempre lleva al conocimiento, yo botánico frustrado maldigo mi mala memoria por no ser capaz de nombrar cada flor, cada árbol por su nombre, por más que miro guías no retengo todo lo que amo, pero siempre lo intento. La Sierra de Cameros debe ser preciosa leyéndote dan ganas de amarla, digo de conocerla.

WODEHOUSE dijo...

Si fuera diseñadora haría un vestido inspirado en la forma y color de la Toronjil silvestre con una larga cola.
Lo acompañaria de un tocado pequeño ladeado como la Simethis planifolia.
Me haría unos zapatos inspirados en el chinche ese.

A esos chinches, cuando mis hijos eran pequeños les llamabamos zapatines.
Han plantado por todo Madrid en vez de las acostumbrados pensamientos o las rosas de pitiminí habituales, unas especies de rosas con algo de geranio cuyo nombre estoy deseando saber y ni idea.

Mad Hatter dijo...

Muchas gracias anónimo, has cogido totalmente la idea. La Sierra de Cameros tiene una gran diversidad de climas y suelos, en ella se encuentran la España atlántica con la mediterránea, y la Iberia silícea con la caliza, y además tenemos la inmensa suerte de sufrir escasamente la lacra de los incendios forestales y del urbanismo desenfrenado, por ello, en relativamente poco espacio, se encuentra una gran diversidad de flora y fauna. Y esta mañana, tras los últimos chubascos he cogido unos pocas setas de las llamadas "babosas" (Suillus), no son tan buenos como los auténticos Boletus, pero se pueden comer después de quitarles la piel viscosa.
Un abrazo.

Ja, ja! "Wood" deberías dedicarte más al diseño. A mi los estambres de la Simethis me inspiran unos pantalones de campana blancos con flecos brillantes, rematados por unos zapatos amarillos, en plan Salomé (uno que no puede evitar que le tiren los high sixties, je, je).
Por cierto, esta mañana he visto más chinches de esos (parecidos a los zapatines pero más pequeños, pardos y esbeltos) y me ha dado la impresión de que comían polen.
Si me mandas una foto de esos híbridos de rosa con geranio, con mucho gusto trataré de identificarlos, así a bote pronto puedes probar a buscar en el género Pelargonium.
Ya me dirás.
Besos.

WODEHOUSE dijo...

Si es que cada día digo a Miguel que a ver si le saco foto para mandartela, pero no llevo la cá´mara a mano.
Salomé? estarías ideal de esa guisa, en serio...
Ayer y hoy hace día en madrid que le llamamos "día de Escaray" y nos encanta porque de esos hay poquisimos en Madrid.
Chubascoso, húmedo, fresquito pero para una rebequilla o trench (lo que antes venía a ser gabardina de toa la vida).
Me he metido un poco a bloguear porque un cliente cerdo machista asqueroso me ha montado un cirio por un cartucho de mierda que dice que le hemos quitado y he llorado un poco pero ya no.