Uno de los fenómenos neuro-sociológicos más sorprendentes del siglo XXI es el llamado “terraplanismo”, considerado en su sentido más amplio, y que, básicamente, consiste en anteponer las emociones, la subjetividad y los prejuicios a la razón. Nadie es objetivo, la verdad puede moldearse para acomodarla a nuestros propios gustos e intereses, y la ciencia puede borrarse de un plumazo a base de delirantes teorías conspiranoicas.
La verdad es que, en mi mente dominada por la razón y permanentemente abierta a la duda, me ha costado mucho trabajo creer que verdaderamente existen personas “terraplanistas”, pero tras ver con mis propios ojos los hechos, escuchar con mis oídos las palabras y sufrir en mis propias carnes las consecuencias de los actos de determinadas personas, debo reconocer que sí, que los “terraplanistas” existen y siempre han existido.
Tiene relación con el origen del dicho: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Los mentirosos más peligrosos son los que se creen sus propias mentiras. La verdad les resulta tan dolorosa que optan por engañarse a sí mismos, se autoengañan y, por ende, engañan a los demás. Son personas con prejuicios extremadamente arraigados en lo más profundo de su ser, que jamás han cambiado de opinión, porque hacerlo les parece un inaceptable síntoma de debilidad. No distinguen entre su “ego y su “verdadero ser”.
Pero lo más preocupante es que no se trata de grupúsculos minoritarios, ni de un puñado de “frikis”, hay muchos más de los que pensamos, votan a quienes piensan como ellos y hace pocos días uno de ellos ha logrado llegar a la Casa Blanca por segunda vez!!!
¡No es una pesadilla!¡Es real! Es como si nuestra sociedad hubiese ido tejiendo en la sombra, poco a poco, sin apenas darnos cuenta, una gigantesca tela de araña casi trasparente, casi imperceptible, pero tremendamente fuerte, tenaz, resistente y extensa, que ha terminado por envolver a todo el mundo en un abrazo inexorable y autodestructivo.
La única forma de escapar o despertar de esta pesadilla es a través del pensamiento crítico (filosofía), la inteligencia emocional, la espiritualidad, la ciencia y el ecologismo (conocimiento y amor a la Naturaleza), la sabiduría, el bien común, la verdad y el amor.
Resuena en el sombrero: “Telling Those Lies”.- The Vipers (New York, 1984).
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