El torrente de ilusión que despertó "Podemos" en 2014 no estaba basado en la ideología, recordemos la famosa frase "Ni izquierdas ni derechas, sino los de abajo a por los de arriba". A pesar del claro liderazgo de Pablo Iglesias, tampoco estaba basado en personas concretas, recordar también la frase "Lo de menos son las personas que ocupen los cargos, lo importante son las ideas".
"Podemos" se sustentó en tres hechos fundamentales:
1) Por una parte, mucha gente estaba descontenta con la forma en la que se había venido haciendo política en España, que nos había conducido a una grave crisis económica aderezada con numerosos casos de corrupción, en la práctica totalidad de los partidos.
2) Cada vez más gente demandaba una mayor participación en la toma de las decisiones que afectan a sus vidas, en el funcionamiento de las Instituciones y de los partidos.
3) Desde el punto de vista ideológico, mucha gente era consciente de que el capitalismo no daba respuesta, sino que más bien agravaba, problemas tan importantes como la sostenibilidad medio ambiental (cambio climático, contaminación, mares de plástico, salud, pérdida de biodiversidad) y la creciente desigualdad social, propiciada por el paro, la precariedad laboral, las dificultades para la conciliación familiar, la inercia machista, el envejecimiento de la población, el despoblamiento rural, etc.
"Podemos" nació como una "plataforma de participación ciudadana", para escuchar a la gente, sus ideas, sus propuestas, de forma que el poder se canalizase de abajo arriba, aprovechando la velocidad y facilidad de comunicación que brindan las nuevas tecnologías y las redes sociales. Para ello su estructura se basó en la creación de unos "Círculos" (hace tiempo que se dejó de hablar de ellos), tanto en el ámbito territorial (barrios, municipios, comarcas y CCAA), como en el sectorial (economía, social, medio ambiental, salud, educación, industria, energía, transporte, agricultura, incluso llegó a haber algún círculo espiritual). Y, desde el punto de vista organizativo, se crearon tres órganos: la Asamblea ciudadana (donde se debatían y votaban las decisiones), el Consejo ciudadano (responsable de llevar a la práctica las decisiones) y la Comisión de garantías democráticas (donde se resuelven los conflictos y se vela por el cumplimiento de las reglas internas y la coherencia con los valores democráticos).
Si bien, el peso no se puso en los aspectos ideológicos, era evidente que uno de los objetivos de "Podemos" era aglutinar y coordinar todas las fuerzas de izquierdas que actuaban de manera más o menos dispersa y variopinta por todo el territorio nacional, por lo que también estaba claro que el electorado de "Izquierda Unida" era una de las principales fuentes de votos, aunque no la única, puesto que lo que se pretendía era romper el techo electoral de IU y "Equo", mediante lo que se ha venido en llamar "transversalidad", esto es, llegar a sectores más amplios de la población, mediante la fijación de objetivos concretos y analizando los problemas desde todos los puntos de vista, tratando de evitar los clichés y sesgos ideológicos y contando con la ayuda y el asesoramiento de profesionales y expertos en las diversas materias, pero sin olvidar nunca a la gente que sufría en mayor medida los problemas o que son los principales perceptores de los servicios públicos.
Desde luego la idea era buena, por lo que despertó una gran ilusión entre muchas personas que hasta ese momento no se habían interesado en participar en política de una forma activa. En las elecciones generales de 2016, 5,1 millones de personas votaron a "Podemos", si bien el suflé se ha ido desinflando rápidamente desde entonces (perdiendo más de 1 millón de votos en cada uno de los comicios celebrados), debido a una serie de incoherencias y errores:
1º) Luchas internas por el poder: Resulta que las personas que ocupan los cargos sí importaban ¡Y mucho! En La Rioja (que es lo que mejor conozco), se llegó al extremo de que un cargo electo en primarias fue destituido en cuestión de horas, alegando un supuesto fraude en el sistema telemático de votación, y, sin dar opción a que los acusados se defendiesen, la cúpula de Madrid se apresuró a difundir una impactante noticia relámpago en el Telediario de las 9 de la noche!!! El asunto fue llevado a los tribunales de justicia, pero el daño ya estaba hecho. Y tramas similares sucedieron en otras muchas CCAA, sin que los dirigentes del partido supiesen o quisiesen atajarlas.
2º) El problema territorial y los independentismos: Si bien, aunque "Podemos" optó desde sus comienzos por la unidad de un Estado plurinacional, con una estructura federal, en el seno de la Unión Europea, el auge del partido fue visto por las formaciones nacionalista y separatistas como un aflojamiento del "yugo españolista opresor" y por lo tanto, como una oportunidad para alcanzar sus objetivos separatistas. Las declaraciones públicas sobre este asunto de algunos cargos de "Podemos" han sido calificadas como ambiguas por buena parte de la opinión pública, ya que en un ambiente de elevada tensión, en el que la inmensa mayoría de la población (y los partidos) se ha alineado en un bando o en el contrario, la postura no beligerante de "Podemos" no ha sido entendida, ni ellos han conseguido convencer, ni que su discurso conciliador cale en la sociedad.
3º) No se ha conseguido que el poder fluya de abajo arriba: Los "Círculos" fueron perdiendo fuerza, no ha habido nadie que ordenase, cribase y respondiese a la lluvia de propuestas lanzadas por la ciudadanía, no ha habido debate ni verdadera "democracia participativa", de manera que los "Círculos" se han sentido ninguneados, las órdenes de la cúpula de Madrid debía cumplirse para conservar, más o menos, una cierta unidad del discurso en todo el Estado, premiando la obediencia y la lealtad y eliminando cualquier disidencia o discrepancia.
4º) Problemas personales: "Podemos" fue ideado y fundado por un grupo de amigos liderado por Pablo Iglesias, quien se ha ido encargando de ir echándolos, a medida que surgían discrepancias o desencuentros. Extraña y paradójicamente, un partido teóricamente basado en la participación y en el reparto equitativo del poder, ha pasado a estar dominado por la pareja formada por Pablo Iglesias e Irene Montero que, para más inri, se han refugiado en un caro nido de amor situado en una urbanización de la sierra madrileña, algo que podría parecer anecdótico, pero que no ha sido comprendido por buena parte de la población, para la que siguen vigentes los clichés clasistas de siempre.
5º) El inexplicable error estratégico en Madrid: La afinidad entre Pablo Iglesias y Manuela Carmena siempre fue evidente, a pesar de que ésta última nunca quiso entrar en “Podemos”, sino que se integró en “Más Madrid”, logrando la Alcaldía de la Capital del Reino. Su éxito fue tal que incluso logró atraer a sus filas a Íñigo Errejón, amigo de Pablo Iglesias, harto de que no se le hiciera caso para que el partido que ayudó a fundar no rectificase su rumbo suicida. Era un hecho evidente que el tirón electoral de “Mas Madrid” no podía ser superado por ninguna otra fuerza de izquierdas. Por ello, en las últimas elecciones municipales y autonómicas lo más lógico e inteligente hubiese sido que “Unidas Podemos” apoyase sin fisuras y con generosidad a “Más Madrid”, absteniéndose de forzar un pulso absurdo, que lo único que consiguió fue dividir a la izquierda y arrojar Madrid en brazos de la derecha.
Ciertamente, la "transversalidad" y la participación no ha sido entendida y perdura la vieja idea de la "lucha de clases", así como la visceralidad, el rencor, los egos, el "aquí mando yo", las venganzas, los amiguismos, las mafias, el ansia por los cargos públicos y las viejas formas de hacer política. Quizás la sociedad aún no está preparada para una verdadera "democracia participativa", que requiere de un mayor sentido del "bien común", "sentido común", serenidad, solidaridad, generosidad y de mucha "inteligencia emocional".
Resuena en el sombrero: Tipo D.- León Benavente (Zaragoza, 2016).
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