miércoles, agosto 24, 2011

HELECHOS







Las pteridofitas constituyen una de las estirpes vegetales que más tiempo lleva poblando la Tierra, durante el período Carbonífero, en la Era Primaria, algunas especies alcanzaron porte arbóreo y formaron extensos bosques que actualmente constituyen nuestra principal fuente de energía, ya que se transformaron en los llamados combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón).

Las pteridofitas fueron las primeras plantas vasculares que colonizaron la tierra firme, debido a que tienen tejidos especializados para el transporte de fluídos (vasos) y para el sostén (traqueidas) que forman raíces, tallos y hojas, aunque carecen de flores.

Taxonómicamente, dentro de ellas se han venido agrupando a los licopodios, equisetos y helechos.

Debido a que los anterozoides (gametos masculinos) deben nadar en agua para alcanzar y fecundar a los arquegonios (gametos femeninos, ver esquema), este tipo de plantas primitivas sólo pueden vivir en medios con una elevada humedad, alcanzando su mayor diversidad y desarrollo en los climas tropicales, donde aún existen especies arbóreas de helechos, con aspecto de palmera, que pueden llegar a alcanzar los 25 m. de altura.

Sin embargo, con el avance evolutivo que supuso la aparición y el desarrollo de las plantas con flores (espermatófitas), las primitivas pteridofitas no pudieron competir con ellas, por lo que se vieron relegadas a determinados nichos ecológicos, de modo que la mayoría sobreviven en el húmedo y umbrío ambiente que se forma bajo la protección de las copas de las grandes espermatófitas dominantes en nuestros bosques actuales, así como al abrigo de las grietas de las rocas, también en ambientes húmedos y umbríos.

El otro día, al adentrarme en el angosto, umbrío y húmedo valle del arroyo riojano que veis en la cuarta foto, pude observar tres especies de bellos y delicados helechos del género Asplenium, como son: A. trichomanes (primera foto), frecuente en las grietas de muros y roquedos umbríos. En grietas situadas en lugares algo más secos y luminosos, consigue subsistir el raro A. septentrionale (segunda foto), cuyo aspecto se aleja bastante de la imagen que habitualmente se tiene de los helechos. Mientras que, en aquellas grietas que consiguen acumular algo más de suelo, al amparo de los bosques de frondosas y frecuentemente en compañía de musgos, vive una especie algo más robusta llamada A. adiantum-nigrum (tercera foto).

Pero incluso en estos ambientes especializados, los primitivos helechos no consiguen librarse de la omnipresente competencia de las modernas plantas con flores, en este caso, algunas grietas y repisas rocosas estaban ocupadas por una especie del llamado Ombligo de Venus (Umbilicus heylandianus) que en verano, una vez que se marchitan sus carnosas hojas comestibles, emite un espigado vástago con un largo racimo vertical en su extremo, donde se engarzan sus flores de color verde pálido (6ª foto).

Fotos by Mad Hatter: 1ª) Asplenium trichomanes. 2ª) Asplenium septentrionale. 3ª) Asplenium adiantum-nigrum. 4ª) Cascada en el Arroyo Cambrones (Mansilla, La Rioja). 5ª) Esquema del ciclo reproductor de los helechos. 6ª) Ombligo de Venus (Umbilicus heylandianus).


2 comentarios:

atikus dijo...

A mi es que me molan mas otro tipo de ombligos, aunque eso de "Ombligo de Venus" suena muy bien!!

abrazos desde los madriles

Mad Hatter dijo...

¡Hombre "Atikus"! ¡Qué alegría saber de tí!
Esta primavera comí una ensalada con hojas frescas de Ombligo de Venus, pero de la especie Umbilicus rupestris, frecuente en muros. Tiene unas hojas carnosas, redonditas con una depresión en el centro, de ahí el nombre, aunque supongo que tú preferirías comer el bello "Ombligo escarlata" (Umbilicus scarlet-johansenii), je, je.
Un abrazo campeón! No pases mucho calor.