Los bosques son una de las mayores muestras de vida del planeta, como una vez le escuché decir a un ecologista, "los bosques son algo más que un ejército de árboles alineados".
Ayer sucedió una gran tragedia, una de las mayores catástrofes de la aviación en nuestro país. Todos volvimos a recordar aquel fatídico 11-M, y ahora me he acordado del llamado "Bosque de los Ausentes" que se plantó en recuerdo de las víctimas, y no he podido evitar mezclarlo con la imagen del bosque arrasado por el incendio de Zaragoza de hace unos días, causado por otro accidente, esta vez de tráfico rodado por carretera.
Nuestro afán por viajar cada vez más gente, más rápido y más barato, desgraciadamente, nos está costando demasiadas vidas humanas y no humanas. Y es que hay bosques que preferiría que no existieran, bosques de aspecto lúgubre, con la frialdad de la geometría, sin apenas vida en sus entrañas. Bosques como el que aparece en el cuadro de arriba, que forma parte de la exposición "El Batec de la Terra" ("El Pálpito de la Tierra"), del pintor Xano Armenter. Un bosque que no está quemado, pero lo parece, con unos árboles delgados y enfermizos, en blanco, negro y color ceniza, que, más que llenar y enriquecer el paisaje, parece como si sobrasen, estorbando la contemplación de la extensa planicie, contaminando la pureza del perfil longilíneo de la estepa.
Seguro que ahora más de uno estaréis pensando: "¡Pues vaya un ingeniero de montes!", hablando así de los bosques y de las repoblaciones forestales. Pero hoy no puedo evitar sentirme así.
Esta entrada está dedicada a todos los ausentes, a todas las víctimas de todos los accidentes, de toda la violencia y de todos los silencios que genera nuestra sociedad.
Hoy no resuena nada en el sombrero, salvo el susurrar del viento entre los árboles del bosque de los ausentes.
9 comentarios:
Es que la ambición del ser humano por viajar mas rápido, verlo todo, disfrutar de todo, tener agua, bosques, carreteras, medicinas, una vida perfecta...pues la vida perfecta no existe, es el cuento del mundo feliz, que ya conocemos, hay que aprender a disfrutar con las imperfecciones.
Así es Atikus, aunque los seres humanos siempre somos inconformistas y siempre aspiramos a más.
Un abrazo perfecto de parte de este ser imperfecto (je, je).
No sé poner distancia en estos temas... no puedo evitar, aún, que los ojos quieran llorar cuando tengo que acercarme a estas catástrofes... Lo que sí reclamo es que se sepa lo que pasó, que se conozca y que se evite... y seguimos hablando. besines
Hola Mad, ya he vuelto. Yo soy afortunada y puedo decirlo. Es inevitable pensar en esos "otros" que no lo harán, como es inevitable seguir adelante. Me ha gustado tu post y sí, te echaba de menos porque espaciaste un poco tus escritos, qué quieres, estoy enganchada y me va la marcha. Por cierto, veo que muchos habéis habilitado la moderación de comentarios ¿ha pasado algo en mi ausencia? ¿tenemos que poner rejas a la comunidad?
Besitos pacíficos, por ahora.
Sí claro, seguro que se sabrá lo que pasó, para que se procure que no vuelva a suceder, pero algún accidente es inevitable que pase alguna vez, y en aviación pasa muy raramente pero cuando pasa suele ser una catástrofe. Aún así conviene recordar que el avión es el medio de transporte más seguro.
La moderación de comentarios y ese espaciamiento entre entradas (en el blog, no en la cabeza) tienen cierta relación, cuando uno entra con menos frecuencia en el blog conviene poder controlar lo que cualquiera puede dejar. No suele pasar nada, pero nunca se sabe.
La ausencia es un castigo terrible.
Un abrazo arropado
Es una de las cosas buenas de estar vivo, Eva, que algunas ausencias se pueden remediar.
Eso, arropemosnos que por las noches ya empieza a refrescar.
Y es que no hay nada más parecido a la muerte y al infierno que un bosque recién quemado, humeante, ennegrecido, con temperaturas insoportables y lo más tétrico es el tremendo silencio que hay,un silencio que parece presagiar que lo peor aún está por venir.
No solo desaparecen los árboles, sino todos loanimalitos que vivián en ese bosque, su hogar,desaparece la vida completamente.
Sí, un bosque quemado es horrible "Wood", aunque tampoco es el acabose, ya que a la primavera siguiente, en muchos casos, vuelven a rebrotar las raíces de muchas frondosas (encinas, robles, fresnos), así como a germinar numerosas semillas que se han "despertado" con el calor del incendio y nutrido con las cenizas, como sucede con los pinos, por ejemplo.
Por algo el verde es el color de la esperanza.
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