viernes, mayo 17, 2019

UTOPÍAS



UTOPÍA: Proyecto, deseo o plan ideal, atrayente y beneficioso, generalmente para la comunidad, que es muy improbable que suceda o que en el momento de su formulación es irrealizable”.

La idea de dedicar la vida a perseguir una “Utopía” puede resultar estúpida e inútil para la mayoría de las personas en las que predomina el egoísmo y el pragmatismo, si bien ofrece expectativas muy atractivas e ilusionantes para quienes tienen un sentido más romántico y altruista de la vida. Eso explica la enorme diversidad de partidos, asociaciones y grupos minoritarios, con objetivos de lo más variopinto.

Ciertamente, el mundo es imperfecto, tiene problemas de todo tipo y nos enfrentamos a retos importantes de cara al futuro, existe la sensación generalizada de que nos encontramos en un momento clave o de “encrucijada histórica”. Algunas cosas cambian con bastante velocidad, mientras que otras se resisten a evolucionar o incluso marchan en un sentido claramente negativo. Es aquí cuando surgen estas grandes palabras como “Esperanza” y “Utopía”, con el loable propósito de cambiar el mundo (hacia mejor). El problema es que el “objetivo” ni es único, ni está claro, ni es el mismo para todo el mundo, y también difieren las prioridades y las formas de alcanzar las diversas metas. De manera que tenemos una “utopía ecologista”, una “utopía independentista”, una “utopía socialista”, una “utopía liberal” e incluso podríamos hablar de una “utopía falangista” o de una “utopía yihadista”.

Está claro que no todas las “utopías” son iguales, unas son más inalcanzables que otras, algunas resultan absurdas e inexplicables, de entrada, para la inmensa mayoría de la población; mientras que otras son comprensibles, pero se sabe que serían extremadamente difíciles de llevar a la práctica. Sin embargo, todas ellas cuentan con un grupo de fieles seguidores que dedican su vida a la “causa”.

Los principales partidos políticos suelen ser más pragmáticos y no hablan de utopías, sino que se esfuerzan en presentar programas que resulten creíbles, factibles y viables.

Parece evidente que, para cambiar las cosas, se necesita una dosis de “utopía”, pero, para poder ponerlas en práctica, hay que ser lo más realistas, pragmáticos y objetivos que sea posible. Un equilibrio que no resulta nada fácil.

Por supuesto, jamás recurriendo a métodos violentos ni tomando “atajos” totalitarios. Del mismo modo que los niños que han sido víctimas de maltrato suelen convertirse en maltratadores de adultos, se produce un efecto de contagio con la estética y las ideologías totalitarias, como ha pasado con las denominadas “camisas pardas” del Movimiento Identitario Catalán (M. I. C.), una especie de “Falange Catalana” (ver 2ª foto), cuyos miembros, a buen seguro, se mueven por un espíritu utópico, que para la mayoría de las personas es equivocado, paradójico, obsoleto y absurdo, pero no por ello deja de ser una “utopía”.

Resuena en el sombrero: “Gary Cooper´s Trip”.- Vietnam Veterans (París, 1984). Este extraño grupo, aunque formado en Francia, ellos aseguraban pertenecer a un país llamado “Nutopía”.Y Gary Cooper (1ª foto), extraordinario actor que muchas veces representó en sus películas a héroes que se movían por principios claramente utópicos y altruistas. El nexo de unión de ambas fotografías es ese elegante lazo negro decimonónico, porque yo me pregunto: ¿Están las utopías pasadas de moda?

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