Llegó montada en su carro de hielo
arrastrado por dos ponies negros lanudos, sobrina de Odín y hermana del bueno
de Noel, al contrario que éste, ella no se levanta temprano para trabajar en la
fábrica de juguetes para los niños del mundo, sino que gusta de trasnochar para
salir de juerga hasta las tantas.
Por ello, fue expulsada del Polo Norte y
desde entonces vaga por todo el mundo llevando consigo el frío helador de las olas polares que azotan buena parte del hemisferio norte,
entre noviembre y abril. Sus gélidas agujas de cristal crecen y se clavan como dagas en el
cuerpo de las indefensas víctimas que no fueron capaces de encontrar un refugio
lo suficientemente cálido.
La Reina de Hielo mantiene una extraña
relación de amor-odio con el mar, ya que aunque su hogar está en las aguas
congeladas del Océano glaciar ártico, más al sur termina su reino y comienza el
de Neptuno, quien, con su largo tridente, le impide llegar más allá de la línea
de playa.
Resuena en el sombrero: “Ice Queen.- The Stranglers (London (UK), 1987).
Fotos by Mad Hatter.
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